martes, 10 de diciembre de 2019


PARO Y MARCHAS SON EJERCICIOS DE LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN

Han pasado varios días desde el paro nacional del 21 de noviembre de 2019, de las marchas en las principales ciudades del país y del concierto "Un Canto x Colombia", con la participación de más de 30 artistas, que tuvo lugar el domingo 8 de diciembre de este año en la ciudad de Bogotá. Sin desconocer las movilizaciones con "cacerolazos", y conciertos protestas de algunas agrupaciones musicales. Todos estos actos constituyen, sin la menor duda, una clara concreción de la libertad de expresión, como derecho fundamental que es y que debemos ejercerlo siempre sin causar perjuicio a otras personas. 

Podríamos agregar más calificativos al derecho a la libertad de expresión que, junto con otros derechos de igual categoría, hacen parte de las garantías que consagra nuestra Constitución Política, de las cuales debemos hacer la mejor utilización para que los gobernantes de todos los niveles, escuchen con sumo interés los mensajes que les envían los ciudadanos y demás personas, y asuman el gran compromiso de buscar salidas y soluciones, ojalá con la vinculación de representantes de la llamada sociedad civil, que es la constituida por las organizaciones y movimientos sociales que reclaman atención de las autoridades.

Por eso, en parte tiene razón el presidente de la república, Iván Duque Márquez, cuando propuso una conversación nacional y reconoce la necesidad de hallar alternativas para afrontar la problemática en muchos campos, que como él mismo reconoce, no sean fórmulas mágicas para ya, sino que tiene que ser un proceso gradual y permanente, que agregamos nosotros, debe comprometer al Estado Colombiano por muchos años y en forma continua, para que mediante un plan que tenga sus etapas de cumplimiento,  se vayan apreciando las soluciones que se piden desde mucho tiempo atrás.

Por ejemplo, asuntos tan sensibles como la educación, la salud, la alimentación, la vivienda, el campo y otros más, que también hacen parte del paquete de sugerencias que recibió el gobierno de la misión de sabios, constituyen, si admitimos el término, en una gran plataforma que debe orientar el quehacer institucional. 

En otras palabras, son abundantes las iniciativas que se tienen para darle un rumbo distinto pero positivo a Colombia. Y al mismo tiempo, que haya veedores que estén atentos a su desarrollo y reclamen cuando haya descuido. Porque sí es indispensable que se esté comunicando qué se está haciendo y que haya objeciones y protestas, como ya dijimos, que hacen parte del derecho a la libertad de expresión, pero que jamás haya violencia, ni del Estado ni de quienes hagan parte de los paros y de las marchas, para que todos podamos vivir en paz, como es el anhelo de un país que marcha hacia la justicia social.

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lunes, 11 de noviembre de 2019


¿ POR QUÉ REAPARECE LA CENSURA?

Con una gran preocupación reaparece el fantasma de la censura, seguido de la violación al sigilo profesional, garantía constitucional que algunos jueces, por fortuna pocos, quieren desconocer. Son temas que están relacionados con el derecho fundamental a la información que, también tiene amparo constitucional, claramente establecido en el artículo 20 de la Carta Magna.

En esta oportunidad nos referimos al libro que lleva por nombre Dejad que los niños vengan a mí, del periodista Juan Pablo Barrientos, cuya investigación goza de la protección constitucional, y se refiere a los actos de pederastia de la iglesia católica en Colombia. Sea lo primero, también advertir, que no todos los sacerdotes han incurrido en tales y reprochables conductas. Porque ciertamente, son muchos los sacerdotes que siguen fieles a su compromiso. Sin embargo, cuando se trata de un trabajo serio, bien investigado y una denuncia sobre actos que han afectado, sobre todo, a menores de edad, no hay razón alguna para que dos jueces,  apoyados en la acción de tutela, herramienta básica para la defensa de los derechos fundamentales, la apliquen, desvirtuando su noble propósito. Sabemos que el juez del municipio de San Rafael, en el departamento de Antioquia, decidió "suspender la producción, comercialización y venta del libro". El otro juez, segundo promiscuo municipal de la Ceja, también en Antioquia, le dio un plazo de cuatro horas al periodista para que entregara los datos de sus fuentes, con la advertencia de que "la negativa a entregar la información requerida llevará a imponer las acciones disciplinarias y/o penales que haya lugar".

Tales determinaciones son, evidentemente, actos judiciales, que constituyen censura y violación del derecho al sigilo profesional, amparado en el artículo 74, inciso segundo de la Carta Magna. Agregamos que hubo otro juez más sensato y riguroso en la lectura e interpretación de nuestro ordenamiento constitucional y legal, y levantó las medidas cautelares. Saludamos, con especial satisfacción profesional esta última decisión, que devuelve la tranquilidad ante una situación de incertidumbre.

Por lo anterior, esta corta reflexión se constituye en una llamada de atención para que estemos siempre pendientes y denunciemos los abusos de las autoridades, así sean éstas judiciales, cuando las haya, porque es nuestro deber profesional trabajar siempre por el engrandecimiento y consolidación de las garantías constitucionales y legales que tenemos, quienes hemos escogido esta profesión, que está al servicio de la verdad, de la justicia y de la sociedad.

viernes, 11 de octubre de 2019

 LA MUERTE DEL MAESTRO DE LA ÉTICA

En su ley, como maestro de la ética, murió Javier Darío Restrepo, el pasado domingo 6 de octubre, después de haber participado en el Festival de Gabo en la ciudad de Medellín, donde presentó su último libro: La Constelación Ética.

Sobre su trayectoria, sus libros, sus conferencias, sus escritos y, sobre todo, su conducta, es mucho lo que se ha dicho y cualquier palabra que pronunciemos, con seguridad que es de sobra. Sin embargo, estamos en el deber de tenerlo siempre como un gran referente para aplicar sus enseñanzas a la vida cotidiana y al trabajo como periodistas. Porque esa es la mejor manera de rendir reconocimiento a un gran hombre su supo enseñar sobre un tema que quizá para bastantes personas es vago, superficial y hasta carente de fundamentos. 

No podemos olvidarnos que vivimos momentos muy complejos y problemáticos en nuestro entorno, en el país y en el mundo entero. Y sobre todo, porque quienes tienen en sus manos el poder y lo ejercen en sus distintas manifestaciones, en la mayoría de los casos, se olvidan de que son representantes de los demás, a quienes deben rendir cuentas permanentes de sus actuaciones, que ojalá hayan sido sean realizadas con un gran contenido de ética.

Y agreguemos en esta relación que comentamos, que cuando no hay una comunicación fluida de los gobernantes con los asociados, y a la vez, cuando éstos no tienen forma de entablar y mantener diálogos con aquellos, es cuando tenemos que reconocer que solamente cuando se procede con ética, que implica comunicación de ambas partes, como una forma de actuar con honradez y lealtad, es cuando estamos cumpliendo fielmente los deberes cotidianos y de esa manera, poco a poco, se tiene que transformar la conducta de las personas, desarrollada en todas sus labores, para también transformar a la sociedad.

Por consiguiente, con esta reflexión sobre la ética, que además de lamentar la muerte del maestro Javier Darío Restrepo, también es la ocasión propicia para insistir, así sea muy idealista y a la vez optimista, como lo repitió tantas veces nuestro maestro, que todos los días, debemos buscar la verdad del acontecer para contarla a la sociedad. Y para no desfallecer en este noble propósito, y autoestimularlos, acudamos a los sabios consejos que encontramos en el Consultorio Ético de la Fundación Gabo. Igualmente, sus libros, nos permitirán complementar un ejercicio que es para siempre.


    

domingo, 6 de octubre de 2019


EL PROCESO ELECTORAL DE 2019 Y EL USO DE LA PALABRA

Un tema bastante interesante y a la vez muy preocupante consiste en el uso de la palabra en el actual proceso electoral que terminará con la elección de gobernadores, diputados, alcaldes, concejales y juntas administradoras locales. La palabra es el instrumento que utilizamos para establecer comunicación con el otro, entendido éste, tanto en sentido singular como plural. Al juntar varias palabras, formamos los mensajes, cuyos contenidos son materia de estudio por los efectos que producen en los receptores. Muchas veces van acompañados de música, para llamar más la atención, o de figuras representativas como jóvenes ambiciosos, con gran entusiasmo para triunfar en el futuro, o de personas de reconocida reputación. En esencia, se busca llamar y cautivar el interés para convencer a los destinatarios, con el fin de que apoyen, en el caso que nos convoca, la propuesta política de los aspirantes a los cargos antes citados.

En ese intermedio entre conocer el mensaje y pensar en su contenido, cada persona, según su sensibilidad, queda inquieta y seguramente recuerda con frecuencia qué le dijeron. Hasta allí, estamos ante un proceso natural. El asunto se torna complejo y problemático cuando el contenido del mensaje es violento, insultante, desafiante y podríamos agregar otros calificativos negativos, todos cargados de una fuerza incitante, en vez de ser mensajes con propuestas sensatas y necesarias a los requerimientos de cada comunidad. Pero sobre todo, deberían ser  mensajes que inviten a reflexionar y que no generen reacciones primarias, de manera que se estimule un ambiente pacífico para enterarnos de qué dicen los actuales candidatos y cuáles son sus proyectos y las posibilidades de realizarlos.

Recordemos, así sea muy teórico, que una verdadera democracia, para que se real, desde la perspectivas de los mensajes, es un sistema político que estimula la pluralidad y la diversidad, precisamente de los mensajes, que deben expresarse en forma argumentativa, libre y respetuosa, y al mismo tiempo, ser acogidos en un ambiente de diálogo público, en lo que podría llamarse una especie de plaza pública, donde todos tengamos la oportunidad de hablar porque nos hemos puesto de acuerdo en unas reglas mínimas de convivencia desde la palabra. Hasta aquí el deber ser en la difusión de los mensajes.

Todo lo que hemos dicho, si lo trasladamos al actual proceso electoral, sería mucho lo negativo que tendríamos que decir y reconocer de lo que está pasando en toda Colombia. El caso más reciente y doloroso es el asesinado de la candidata a la alcaldía del municipio de Suárez, en el departamento del Cauca, junto con su señora madre y parte del equipo de la campaña, y quien ya había denunciado que estaban difundiendo mensajes mentirosos que la comprometían con propuestas que ella no estaba defendiendo. También en el departamento de Antioquia, asesinaron a un candidato a la alcaldía del municipio de Toledo. Esa violencia, estimulada mediante el mal empleo de las palabras, constituye, sin la menor duda, la guerra de mensajes que tenemos que evitar. Por eso, proponemos a cada colombiano, asumir una conducta positiva con el empleo de las palabras, para sumar esfuerzos y atajar más hechos violentos en este proceso electoral. Pero, además, que ese comportamiento sea diario y normal en nuestra vida. Al final, todos trabajaríamos por un ideal para llegar a la realidad.  
 





martes, 23 de julio de 2019



BREVE RELACIÓN DEL PERIODISMO Y LA ÉPOCA PREVIA A LA  INDEPENDENCIA

Como estamos celebrando el segundo centenario de nuestra independencia de España, entre las muchas actividades de distinto orden que se llevarán a cabo en toda Colombia, también vale la pena profundizar sobre el tema del periodismo y sus aportes a tan importante proceso.

Para esta corta reflexión, recordamos que desde fines del siglo XVII y, sobre todo, durante el siglo XVIII, suceden cambios sustanciales en la mentalidad de aquella época. Se enseña, con fundamento en las teorías de la ilustración, que traen consecuencias intelectuales importantes, entre ellas, por ejemplo, la creación de la Expedición Botánica, llega la imprenta y con ella surge el periodismo. Pero a la vez son momentos de grandes tensiones intelectuales, culturales, sociales y económicas, y de tales situaciones, se forma el movimiento insurreccional de los Comuneros de 1781.

La Expedición Botánica, que estuvo dirigida por el eminente hombre de ciencia y religioso, el español José Celestino Mutis, además del estudio de nuestros recursos naturales: flora y fauna, también contribuyó a formar una generación de hombres criollos, que integraron una clase privilegiada, con mentalidad abierta para el análisis de los acontecimientos nacionales y del exterior. Fueron investigadores, pensadores y escritores, y muchos de ellos incursionaron en el campo del periodismo, como Jorge Tadeo Lozano, quien dirigió con José Luis Azuola el “Correo Curioso”, fundado el 17 de febrero de 1801, y el sabio Francisco José de Caldas, que editó el “Semanario del Nuevo Reino de Granada”, creado el 3 de enero de 1808 y “El Diario Político de Santafé de Bogotá”, que salió el 27 de agosto de 1810.

Para aumentar el ambiente de polémica, tensión y expectativas, el criollo Antonio Nariño, que formó parte de la Expedición Botánica, imprime en 1794, la “Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano” de la Revolución Francesa de 1789. Su contenido exacerba, aún más, el espíritu de repudio hacia el régimen que imperaba y estimula, al mismo tiempo, los anhelos de libertad, igualdad, fraternidad e independencia. Por este acto, Nariño, llamado cariñosamente como “El precursor de la independencia”, es procesado y condenado por la Audiencia a diez años de prisión en Africa, a extrañamiento para siempre de los dominios de América y confiscación de sus bienes.

La imprenta, que trajeron los jesuitas a la Nueva Granada en 1737, empieza a jugar otro papel importante para la difusión del gran torrente de ideas. Inicialmente, se publicaron novenas, opúsculos y hojas sueltas. Hasta se pudo imprimir “El Aviso del terremoto”, que informó sobre lo sucedido con el temblor del 12 de julio de 1785. También se aprovecha para dar a conocer el sentimiento de descontento de la clase dirigente de entonces, mediante hojas sueltas y pasquines, que contenían poemas y exhortaciones para incitar a la independencia de España.

En cuanto a los primeros periódicos, tenemos que el primero, organizado en el Nuevo Reino de Granada fue el Papel Periódico de Santafé de Bogotá -salió el 9 de febrero de 1791- fundado por don Manuel del Socorro Rodríguez que alcanzó 265 números.  

El 17 de febrero de 1801, sale el “Correo Curioso, Erudito, Económico y Mercantil de la Ciudad”, bajo la responsabilidad de Jorge Tadeo Lozano -también vinculado a la Expedición Botánica- y su pariente, José Luis de Azuola y Lozano. No es publicación del  gobierno. Es dirigida por personas particulares. Su contenido es alusivo a los temas que integran su nombre. Termina su vida el 29 de diciembre de 1801, con el número 46.

El 6 de diciembre de 1808, sale a la luz, “El Redactor Americano”,  por decisión de don Antonio Amar y Borbón, Virrey y Gobernador del Nuevo Reino de Granada. Fue su director don Manuel del Socorro Rodríguez. Su contenido, por ser publicación oficial, se refería a los acontecimientos de España. Con el número 71 del 4 de noviembre de 1809, desaparece este periódico que contó, además, con un suplemento llamado “El Alternativo del Redactor Americano”, dedicado a temas geográficos, históricos, comerciales, culturales y económicos.

Y podríamos seguir la lista, con los periódicos que narraban las batallas de la independencia, la forma de la nueva organización política, las costumbres, la vida cultural, el comercio, la educación, y muchos otros acontecimientos que son parte esencial de nuestra historia, pero ese no es nuestro propósito, sino destacar que aquellas publicaciones se caracterizaron por el poco tiempo de vida y porque su contenido era fundamentalmente de opiniones o juicios de valor y muy poco era material sobre sucesos o noticias.

lunes, 3 de junio de 2019


¿QUÉ SIGNIFICA LA SALIDA DE DANIEL CORONELL DE LA REVISTA SEMANA?

El domingo 26 de mayo de 2019, la revista Semana publicó la habitual columna de Daniel Coronell, que él tituló: LA EXPLICACIÓN PENDIENTE. Dice, en la parte esencial que, "(...) como periodista siento la obligación de preguntar públicamente -no en privado, ni en una llamada telefónica- ¿por qué SEMANA no publicó las directrices del comandante del Ejército de Colombia que ordena a sus subalternos duplicar las bajas y capturas, si esas evidencias eran conocidas por la revisa desde febrero?

Tal situación y la siguiente salida de Daniel Coronell de la revista, han dado lugar, durante toda la semana, a diversas reacciones y comentarios y hasta dos entrevistas, publicadas en El Tiempo. Al Director de Semana, Felipe López, el domingo 2 de junio, y luego a Daniel Coronell, el lunes 3 del mismo mes.

De todas maneras,  y valga la redundancia, para que podamos predicar sobre la vigencia de una auténtica democracia informativa en Colombia, estos acontecimientos, muy dolorosos y lamentables por cierto, confirman que, pesar de las grandes y las profundas diferencias que existen entre los distintos medios de comunicación y de sus directores, al final, tales acontecimientos originan que hacia adelante, la tarea investigativa de los periodistas no se detenga y al contrario, todos los días se consolide y contribuya a que se conozca la verdad de muchas situaciones que suceden, sobre todo, en entidades del Estado, y que tienen interés público y también pueden afectar a mucha parte de la sociedad o de instituciones encargadas de prestar servicios públicos.

Por eso, la historia del periodismo colombiano es tan rica en la investigación y en la difusión de sucesos que han tenido impacto social muy grande, aunque todavía nos falta mucho, como, por ejemplo, que los propios medios tengan sus dependencias especializadas en investigación para que descubran y denuncien situaciones irregulares, en forma permanente, como ha ocurrido con asuntos tan vitales como la salud, la educación y el manejo de recursos económicos públicos en la contratación, que, como sabemos es una fuente muy grande de corrupción.

Por todo lo anterior, la salida de Daniel Coronell debe dejarnos grandes enseñanzas porque Colombia es un país rico en acontecimientos diversos y permanentes, y en todos los lugares de nuestra geografía. Por eso y con mayor razón, debemos prestar mucha atención a lo que está por acontecer, como son las próximas elecciones regionales, donde habrá un espacio muy amplio para el debate, y sobre todo, para que se conozcan las hojas de vida de los aspirantes, lo mismo que sus propuestas y la financiación de las campañas. Al respecto, recordamos la vieja expresión de que "el periodismo es el perro guardián de la democracia", porque sin el periodismo, que ya no es el clásico cuarto poder, sino el primero, obviamente, en una democracia, como un requisito esencial para que Colombia tenga un gran aliado, que se encargará de investigar y contarnos la verdad sobre muchos asuntos que a todos nos importan.

En síntesis, debemos tener confianza en que la tarea de Daniel Coronell y de otros periodistas que han prestado un gran servicio a la noble causa del periodismo, todos los días, sea renovada y la tarea que han cumplido, jamás vaya de desaparecer, sino al contrario, crecer porque la necesitamos en Colombia  y de manera permanente.  
 

domingo, 19 de mayo de 2019

EL PERIODISMO Y SU MISIÓN INFORMATIVA FRENTE A SITUACIONES COMPLEJAS EN COLOMBIA

La semana comprendida entre el lunes 13 al domingo 20 de mayo de 2019, será recordada por varios acontecimientos que seguramente dejarán huella en la historia de Colombia porque tienen que ver con un asunto de fondo y es el relativo al proceso de paz que vivimos en nuestro país. Estábamos pendientes de que la Justicia Especial para la Paz, JEP, resolviera la situación jurídica del exguerrillero Jesús Santrich, detenido desde abril del año pasado, a quien se investigaba por la posible comisión de delitos después del primero de diciembre de 2016, ya que en tal caso, no estaría protegido por los Acuerdos de la Habana. El miércoles 15 de mayo, la JEP negó su extradición a Estados Unidos, con el argumento de que las pruebas no eran suficientes para haber tomado tal decisión, pero en cambio, ordenó que se le investigara por la justicia ordinaria que rige en el país y le concedió la libertad.

La anterior determinación, inmediatamente, generó muchas reacciones. La primera fue del Fiscal General de la Nación, Néstor Humberto Martínez Neira, quien anunció su renuncia irrevocable, porque no iba a firma la libertad del procesado, y porque la JEP no había tenido en cuenta las pruebas aportadas por su dependencia. También se conoció el desacuerdo de Estados Unidos, expresada por su embajador, el señor Kevin Whitaker, mediante un comunicado en el que manifestaba su preocupación por la negativa de extradición. Asimismo, el Procurador General de la Nación,  Fernando Carrillo, en desacuerdo con la no extradición, dijo que su dependencia iba a presentar el recurso de apelación, con argumentos suficientemente sólidos para revertir la decisión desfavorable a a la extradición.

En medio de esta serie de sucesos, el Presidente de la República, Iván Duque Márquez, igualmente, en desacuerdo con la no extradición, aseguraba que sería respetuoso de las decisiones de la JEP, pero que agotaría todas las posibilidades dentro del Estado de Derecho. Hasta se rumoró de la posibilidad de decretar la conmoción interior para hacer efectiva la extradición. A todo lo anterior, se sumaron las declaraciones de los representantes de los partidos políticos, unos a favor y otros en contra, lo mismo que las opiniones de expertos abogados en la materia.   
 
El suceso mayor ocurrió, cuando después de que se ordenara la libertad de Jesús Santrich, con base en el habeas corpus, su cumplimiento se demoró un tiempo, y solo se vino a cumplir el viernes 17 de mayo, cuando salió de la cárcel La Picota, acompañado por guardianes pero a los pocos pasos, fue recapturado por agentes del CTI y traslado al búnker de la Fiscalía General de la Nación. Ya se ha legalizado su captura, aunque con recursos de su defensor y de la Procuraduría General de la Nación.     
La anterior y breve síntesis de lo que ha pasado hasta el momento, es motivo más que suficiente para reflexionar siempre sobre el papel que le corresponde cumplir al periodismo para informar de manera verdadera, imparcial y completa sobre acontecimientos como los enunciados, que son de enorme trascendencia, cuyos efectos, con certeza, serán casi que impredecibles. Por consiguiente, es hora de renovar los votos de fidelidad a una profesión tan esencial en nuestra sociedad, pero que a la vez reclama mucha calma, serenidad y gran responsabilidad en todo momento. 

lunes, 6 de mayo de 2019


SIGUE LA VIOLENCIA EN LAS MANIFESTACIONES PÚBLICAS

El pasado primero de mayo, hubo en todo el país, las ya tradicionales manifestaciones públicas, para hacer referencia a las luchas de los trabajadores por las reivindicaciones, muchas de ellas, aún pendientes de soluciones definitivas o al menos, que satisfagan las peticiones insistentes y que son tan evidentes como el mejoramiento del servicio médico, los reconocimientos salariales pactados y todavía sin cumplirse y que buscan recuperar parte del poder adquisitivo del dinero que se recibe cada mes.

Es apenas natural que no solamente los trabajadores, sino todas las organizaciones sociales, culturales, políticas, estudiantiles y, en general, que los grupos representativos de movimientos diversos y plurales hagan uso de este derecho que, como fundamental que es, hace parte de la libertad de expresión, tan necesaria en nuestro medio, como parte esencial de un sistema democrático que tiene en la palabra, un instrumento muy eficaz para las comunicaciones, y a la vez, que éstas son tan necesarias y esenciales para conocer lo que piensan los demás. Hasta allí, consideramos que casi todos estamos de acuerdo. Sin embargo, cuando analizamos lo que ocurrre en las marchas es cuando pensamos que la violencia desnaturaliza este tipo de manifestaciones y que casi siempre terminan en enfrentamientos con la policía.

En concreto, nos referirmos a quienes se encapuchan y luego se infiltran en las marchas, no solo para pintar edificaciones sino lanzar piedras, quebrar vidrios y provocar desórdenes en las calles. Por ejemplo, pudimos ver cómo en Bogotá, en plena plaza de Bolívar, lanzaban piedras a la policía, arrancaban el material protector de edificaciones que estaban en limpieza, sobre todo, de lugares históricos, cuyos daños por la pintura y las piedras lanzadas, costarán muchos millones de pesos.

Por consiguiente, lo ocurrido, que constituye actos vandálicos y violentos, deberían ser rechazados por las personas que consideran que las manifestaciones públicas, como parte de las libertades y de los derechos de movilización y de expresión, jamás deber ser aprovechas por otras personas que no solo causan daños sino que constituyen formas de impedir que quienes quieren hablar a los demás, pierdan una oportunidad excepcional para lograrlo. Por tanto, las autoridades y los organizadores de estas marchas, deben buscar opciones que impidan que estos actos bochornos vuelvan a suceder porque de verdad que no podemos seguir con este tipo de espectáculos que no contribuyen a una cultura de expresión callejera pacífica.

 
  

lunes, 22 de abril de 2019

¿QUÉ HACER FRENTE A LAS AMENAZAS HECHAS DESDE LAS REDES SOCIALES?

Un tema que nunca se agotará en las discusiones académicas, jurídicas, sociales, políticas y en medios de comunicación es el relativo a las crecientes amenazas que se hacen desde las redes sociales y se esconden en el anonimato de las identidades para evitar ser descubiertos, investigados y sancionados por las autoridades competentes. Las discusiones se enriquecen también por la falta de herramientas legales y eficaces que permitan investigar y probar la comisión de tales conductas que, en muchos casos, constituyen también la comisión de delitos, sobre todo, los relacionados con el patrimonio moral de las personas como son las injurias y las calumnias. Pero en la actualidad el campo de afectación ha crecido porque puede abarcar otros campos como el económico, el laboral, el afectivo, las profesiones y seguramente, la cobertura crecerá cada día.

En esta materia, recordamos una de las conclusiones de un importante certamen internacional sobre la sociedad de la información, en cuya oportunidad se quiso responder al interrogante de quién gobierna a la red. Al final, se concluyó que todos y que nadie gobierna a la red. ¿Por qué razones? En el caso de que todos gobiernan a la red, se dijo que el argumento era muy claro: porque todos estamos en capacidad de utilizar este recurso y debemos hacerlo en forma correcta. Esta respuesta tan simple, implica respetar a los demás, utilizar un lenguaje normal, sin expresiones agresivas, insultantes, groseras ni, en general, usar términos que afecten a los otros. La segunda respuesta, que consiste en que nadie gobierna a la red, se explica en el amplio sentido de que ninguna persona, ni siquiera un Estado, con todo su poder y herramientas, puede ejercer el control, porque nos estaríamos enfrentando a la conducta de todo el mundo, y en el mundo, existen personas con distintos pensamientos e ideologías, que en muchos casos, no tienen como referente el respeto por el otro.

En el caso de Colombia, las noticias nos cuentan que un juez condenó al tuitero Francisco Javier Andica por amenazas a través de las redes sociales. En esta oportunidad, las amenazas fueron contra magistrados de la Corte Suprema de Justicia y a los periodistas Daniel Samper, Julio César González (Matador) y a Vanesa De la Torre. El hecho ocurrió "el 28 de julio de 2018, cuando se desató una polémica en redes sociales y el tuitero borró los trinos y cerró sus redes sociales, pero no fue suficiente para evitar la condena", dice la noticia, publicada en el periódico El Colombiano, el viernes 5 de abril de 2019, página 8.   

Podemos agregar que el domingo 21 de abril de 2019, en el programa 7 Séptimo Día, en parte del espacio lo dedicó al uso de las redes, que incluyó algunos casos, entre ellos, el de una pareja, víctima de las mentiras de quien había estado casado con la mujer que tenía una nueva relación. En este caso, tomó las fotos de la pareja y las hacía pasar como ladrones, hecho que los afectó hasta llegar a perder en varias oportunidades el trabajo.

Por eso, esta corta reflexión debe servir de fundamento para que se tome conciencia de no abusar de las redes sociales, y en su sentido más negativo se emplee para amenazar, insultar y causar daños a otras personas. Sabemos que una petición que talvez pocos la atenderán, pero que esos pocos se encarguen de multiplicar para que poco a poco, se tome conciencia de este gran recurso digital que tenemos y los utilicemos razonablemente.

lunes, 25 de marzo de 2019

LOS CIEN AÑOS DEL PERIÓDICO VANGUARDIA LIBERAL

Sabemos que el primero de septiembre de 2019, el periódico VANGUARDIA LIBERAL de la ciudad de Bucaramanga, cumplirá su primer centenario de existencia. Seguramente, entre los actos conmemorativos, está el reconocimiento a su fundador, el patricio liberal Alejando Galvis Galvis, y a quienes, durante estos cien años, han dirigido este importante medio de comunicación escrito que ha informado y contado la historia de una vasta región colombiana, que cada día alcanza mayores desarrollos en todos los campos del conocimiento y del progreso en diversas áreas.

La actual directora del periódico, la señora DIANA SARAY GIRALDO ha anunciado grandes cambios, tanto de forma como de fondo. Por eso, se avecinan diversas transformaciones en el amplio campo digital porque las tecnologías de la información y las comunicaciones no pueden estar ausentes, ya que son muchas las razones para incorporarlas a un medio que, como todos los demás, requieren de aprovechar al máximo los recursos para que el compromiso tan grande que tienen con la sociedad, sea plenamente satisfecho, que demanda estar siempre bien informada y también con diversas y plurales mensajes de opinión para entender e interpretar los acontecimientos locales, nacionales e internacionales.

Hasta el nombre ya no será VANGUARDIA LIBERAL, que hacía honor a la defensa del ideario del partido liberal colombiano, sino simplemente VANGUARDIA, porque ahora, se defienden las libertades públicas, los derechos humanos, la democracia y otros valores de la sociedad contemporánea. Sí, es verdad que aquellos tiempos, aunque no lejanos, por lo general, los grandes medios de comunicación impresos de Colombia, como El Espectador, El Tiempo, El Siglo, La República y los de las principales ciudades y capitales de Colombia, nacían y anunciaban la defensa, bien fuera del partido liberal o del partido conservador. Este es un hecho que hace parte de la historia de nuestro periodismo y debería ser investigado más a fondo, lo mismo que otros aspectos que enriquecerían el conocimiento de nuestro pasado reciente, que tanta falta hace en nuestro medio y para las nuevas generaciones.

Esta es la oportunidad para felicitar a las directivas y a los periodistas de VANGUARDIA, quienes con su trabajo diario, cumplen una misión esencial en aquella importante región de Colombia, de manera que sea posible conocer en toda nuestra patria, los proyectos de los gobernantes, las actividades en la educación, desde el nivel más elemental hasta el universitario, las investigaciones  y sus aportes a la solución de problemas sociales, en fin, poder apreciar y valorar la forma como aquella región se destaca en el ámbito nacional.

Igualmente, es la ocasión propicia para destacar el papel del periodismo, en este caso, por medio de VANGUARDIA, en defensa de la paz en Colombia, así sea un tema y una situación complejas en todo el país. Porque no podemos dejar de clamar porque los grandes conflictos que  tenemos en la actualidad, tienen un camino para la búsqueda de la solución, que es el diálogo franco y respetuoso desde cada esquina o posición ideológica de quienes hacen parte de la confrontación. Además, ser honestos y reconocer que la violencia no es la vía para dirigirnos hacia la paz. No. La violencia nunca ha sido ni será el camino que debemos recorrer. Están equivocados quienes no comparten estas apreciaciones.

Por consiguiente, al unirnos a las celebraciones centenarias del periódico VANGUARDIA, felicitamos de todo corazón a sus directivas, periodistas y empleados, y deseamos que este medio de comunicación se consolide cada día, como un faro que ilumina a todo el departamento de Santander y se extiende por toda  Colombia, con la seguridad de que tendrá muchos años de existencia y siempre trabajará en bien de los ideales orientados hacia una sociedad más justa, humana, solidaria y respetuosa de todos sus integrantes.
 


 
  

domingo, 3 de marzo de 2019


EL DERECHO A LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN EN LAS REDES SOCIALES

Un tema que jamás se agotará en el debate, sin consideración de fronteras, es el relacionado con el ejercicio del derecho fundamental a la libertad de expresión en las redes sociales. Es verdad que tiene varias aristas, entre ellas, tener suficiente claridad en el gran significado de lo que es el derecho a la libertad de expresión, y luego, lo que son las redes sociales, como espacios que permiten que quien quiera, las utilice y la forma como lo hará, porque nadie lo está viendo. 

Por consiguiente, el debate de expertos que propició la Corte Constitucional el jueves 28 de febrero de 2019 es un ejercicio que debería hacerse con más frecuencia en Colombia, porque son muchos y variados los asuntos de interés público que están sobe el tapete. Precisamente, sobre el tema que nos convoca, hace algunos años, hubo un certamen internacional de la sociedad de la información para responder a la pregunta: quién gobierna a internet. Casi en forma unánime la respuesta fue que todos y que ninguno. Sobre todos, se dijo que cada persona tenía que ser consciente de la herramienta que tenía en sus manos para que hiciera de ella, el mejor uso. Al mismo tiempo y como en forma contradictoria, se dijo que a internet no lo gobierna nadie por la dificultad de tener algunos medios de control para aplicarlos cuando haya abusos, que en muchos casos, son hasta constitutivos de delitos, de engaños, de amenazas, de hurto, de robo de datos personales. 

Por eso, lo que pretendía la Corte Constitucional, luego de seleccionar algunas tutelas relacionadas con el tema de debate era revisar la delgada línea entre la libertad de expresión en internet y la protección de la honra y dignidad personal. En principio, las inquietudes planteadas se referían a quién tiene la responsabilidad de controlar el contenido que se publica en internet.

Un aspecto esencial del contenido del derecho la libertad de expresión, parte de precisar que este derecho abarca a todos los mensajes, sean informativos, de opinión, de juicios de valor, ideológicos, musicales, gráficos, religiosos, económicos, poéticos y en fin, nos haríamos interminables al intentar una clasificación para incluirlos a todos. Y ser conscientes de que todos estos mensajes se difunden en las redes sociales, lo que conduce a que los administradores de plataformas digan y con sobrada razón que ellos no pueden controlar los contenidos, ni censurarlos, que se limitan a proveer los recursos técnicos para los usuarios.
 
Y otro tema que tiene conexión con el que comentamos es sobre las garantías del régimen democrático y su eficacia para proteger los derechos de los afectados. Tal aspecto también abriría otro gran debate, muy necesario en nuestro medio para enriquecer las teorías de la comunicación pública, desde la perspectiva del público y no de la comunicación que difunden las entidades del Estado.

Por todo lo anterior, la convocatoria es para propiciar más debates, tan necesarios en una democracia y tan trascendentales para crear, poco a poco en Colombia, un clima de participación en los asuntos que tienen interés general, pero siempre para sacar conclusiones.
 

domingo, 10 de febrero de 2019

COMENTARIO SOBRE EL PROYECTO DE LEY PARA EL PERIODISMO


Sobre el proyecto de ley Nro. 234 de 2018, por el cual se reconoce la profesión de  Comunicación Social- Periodista y Organizacional, se crea el consejo Profesional de Comunicador Social-Periodista y Organizacional y se dictan otras disposiciones, nuestra intención consiste en manifestar que se trata de una propuesta que no hace aportes valiosos para una actividad que siempre consideramos es una profesión y  no un oficio, porque quien la ejerce, en esencia, necesita tener competencias intelectuales para su realización. En cambio el oficio es en lo fundamental, una actividad física y repetitiva, y hasta sin razonamiento alguno. Es meramente mecánica.

El proyecto empieza por repetir disposiciones que ya están en la Constitución Política como el sigilo profesional y la objeción de conciencia, y también derechos fundamentales que ya están consagrados en la Carta Magna, como el acceso a la información, que es parte del derecho de petición, que además, tiene la Ley Estatutaria 1755 de 2015, que lo desarrolla.

Sobre otros tópicos como crear el Consejo Profesional del Comunicador Social Periodista, para que expida las tarjetas profesionales, como existen en otros campos del conocimiento, es un asunto bastante interesante, pero primero se necesita tener suficiente certeza de quién es periodista, y sobre todo, no darle el carácter de profesión de alto riesgo, solamente, cuando se cubran las áreas de orden público, político o investigación judicial.  Debería abarcar todo el trabajo profesional y ser garantía permanente.

Por eso, un aspecto que debe evitarse es la clasificación que hace de quiénes son periodistas, porque se trata de un asunto que para la Corte Constitucional, y con base en su sentencia de constitucionalidad 087 de 1998, constituye un obstáculo para el trabajo de quienes quieren ejercer el periodismo. Su argumento, que para nosotros no tiene soporte jurídico alguno, consiste en manifestar que la Constitución Política, en el artículo 20 dice, que: “Se garantiza a toda persona la libertad de expresar y difundir su pensamiento y opiniones, la de informar y recibir información  veraz e imparcial, y la de fundar medios masivos de comunicación”, tal enunciado significa, entonces, que ya todo el mundo es periodista, argumento que constituye el más grave adefesio jurídico.

¿Por qué tal argumento es un adefesio jurídico? Porque es inadmisible aceptar que porque una persona sea titular de un derecho fundamental, ya está en capacidad de ejercer la profesión a través de la cual, un tercero, que es la persona competente o sujeto cualificado, es quien con su trabajo profesional, contribuye para que los demás, o sea, la sociedad, satisfaga cada derecho fundamental. Por ejemplo, todos somos titulares del derecho a la salud, al derecho a la defensa, al derecho a la vivienda, al derecho a la educación, y tal argumento no significa que entonces, frente al derecho a la salud, todo el mundo ya es médico, odontólogo, enfermero. Que frente al derecho a la defensa, todo el mundo ya es abogado. Que frente al derecho a la vivienda, ya todo el mundo es arquitecto. Y que frente a la educación, ya todo el mundo es educador.

Al contrario, lo que debemos sostener consiste en que en el caso concreto del periodismo, para su ejercicio, lo fundamental lo constituyen las competencias intelectuales, unidas a las responsabilidades en lo social, lo ético y lo jurídico, por citar solo algunas. Asimismo, se exige adecuado manejo del idioma, para poder entender los acontecimientos y valorar cuáles son realmente noticias por su valor social y contarlos a las llamadas ahora audiencias.

En otras palabras, es indispensable precisar y delimitar el campo del quehacer periodístico. y para ello, vale la pena propiciar un gran debate con la participación amplia de facultades y escuelas de periodismo y de comunicación, agremiaciones profesionales, medios de comunicación y del público interesado en este tema.

Precisamente, el  proyecto de ley al que hacemos referencia, sí puede tener un aspecto positivo porque de verdad, la actual ley que regula el ejercicio del periodismo, que es la 1016 de 2006, es con meros propósitos declarativos. Pero tampoco ha hecho contribuciones en sus años de vigencia.

Y la que sería la nueva ley, consideramos que debe partir de ser muy clara en definir el quehacer periodístico, porque al hacerlo, queda expresado en concreto que, quienes cumplan los requisitos, sí de verdad son periodistas. al mismo tiempo, deberá relacionar pero sin separar el derecho fundamental a la información del quehacer periodístico, con el fin de que quede establecido que todo el mundo es titular del derecho a la información, pero por serlo, no es, como consecuencia, periodista, sino que éste necesita ser competente para ejercerlo.

Y, casualmente, tal diferencia es importante hacerla, para evitar un futuro fallo que declare inconstitucional la que sería la nueva ley, porque como ya dijimos, que por la sentencia 087 de 1998, para la corte constitucional, no se puede reglamentar el ejercicio del periodismo porque le quitaría a todo el mundo el ser periodista por el mero hecho de ser titular el derecho a la información, ya que en aquella oportunidad, la corte constitucional hizo una lectura parcial de la constitución y solo se detuvo en el artículo 20, que ya citamos y omitió incluir el artículo 73, que es categórico al establecer que “la actividad periodística gozará de protección para garantizar su libertad e independencia profesional”.

Porque en caso de haberlo hecho, tendría que haber desentrañado, el sentido, el alcance y los efectos de dicha disposición, y relacionarla y armonizarla con los mandatos del artículo 20, pero sin que sean contradictorios. Sin embargo, tal omisión constituye una falta en el campo de las sentencias, porque por el contenido de éstas, se presume que se examinaron todas las disposiciones que tienen relación con el asunto o la materia del fallo, que como dijimos, no ocurrió en esta oportunidad.

Porque recordemos que si a cada persona se le garantiza la libertad de expresar y difundir su pensamiento y opiniones, lo mismo que de informar y recibir información, nos preguntamos cuál es el contenido de la información que puede expresar y difundir cada persona.

Para nosotros, cada persona expresa y difunde información, como mensaje que es, pero no de la materia o de asunto que no conoce o no sabe, nunca lo haría de lo que se ignora. Por ejemplo, un abogado expresa y difunde mensajes jurídicos, un economista expresa y difunde mensajes sobre la economía y temas afines. Sin menospreciar trabajos, agreguemos que un mecánico, informa o habla o expresa de lo que conoce en su labor diaria. Lo mismo hará un sastre.

Por consiguiente, no puede entenderse como lo entendió, equivocadamente, la corte constitucional, y valga la redundancia, al entender que la expresión y la difusión de la información que puede hacer cada persona, esta información es igual que el periodismo. y por ello, también el mal entendido de que todo el mundo es periodista, y de que no se puede reglamentar por ley esta profesión, porque entonces impide que todo el que quiera  diga que es periodista, y lo sea.

Ahora, que el mismo Estado estimule la existencia de programas, de diferentes contenidos en la radio, en la televisión, en medios electrónicos y en medios impresos,  y la fundación de medios de comunicación, ello no va contra el periodismo. No. Al contrario, es la estimulación para el ejercicio de la libertad de palabra, o de la libertad de expresión, o de la libertad de difusión, y en general, de la libertad para que se conozcan muchos mensajes, de distinto contenido, como parte de la deliberación pública, que debe ser plural y diversa pero con buenos argumentos y sin violencia. Incluso a las personas que dirigen tales medios se les puede llamar periodistas comunitarios, como ellos orgullosamente se sienten y que para nada afectan que exista una buena ley para la reglamentación del periodismo, como actividad profesional, que es.   

Por consiguiente, y sin perder el norte de esta intervención, sí necesitamos una nueva ley para el periodismo, pero la misma debe ser elaborada y discutida con sus destinatarios y representantes de organizaciones sociales y culturales. En consecuencia,  el proyecto de ley 234 de 2018, que va para segundo debate, debería, ya que las normas sobre el procedimiento de los proyectos lo permiten, reelaborarse en las comisiones constitucionales permanentes, antes de ir a las plenarias de cada cámara, para no tener otra frustración innecesaria.