lunes, 24 de julio de 2023

 

Breve alusión a los 25 años de la televisión privada en Colombia

Estamos ante un tema bastante importante para analizar porque tiene varias aristas, si se le quiere tratar desde distintos puntos de vista, como debe ser en todo asunto que, como éste, tiene bastante interés público. Nosotros estábamos en mora de pronunciarnos. Y, por tanto, debemos hacerlo desde nuestro campo profesional, que es el derecho a la información y que cada vez es más amplio. Sin embargo, debemos ser breves y citar solo algunos aspectos que nos incumben, como son los medios de comunicación en Colombia, desde la televisión privada, y sus relaciones tan cercanas y necesarias con los derechos fundamentales, con las garantías democráticas y con los gobernantes en todos los niveles.

Sobre los medios de comunicación, tanto en la parte general, como cuando el propósito sea referirnos a otros medios y de manera particular, como en este caso, es mucho lo que habría que decir porque por distintas razones, la televisión tiene en la actualidad y mantendrá siempre, una posición privilegiada, como instrumento para la difusión de distintos mensajes, que combinan lo sonoro con la imagen y otros recursos. Por eso, en esta oportunidad, haremos alusión solamente a la televisión privada, que cumple sus 25 años de trabajo, y que, de manera sencilla, nos permita tener una idea clara de su gran proceso de desarrollo tecnológico y de sus efectos en la sociedad.

En la parte histórica, recordamos que el 3 de junio de 1954, cuando se cumplía el primer año de gobierno del general Gustavo Rojas Pinilla, se inauguró la televisión que, desde entonces, ha sido un instrumento de utilización por todos los gobernantes. Inicialmente, las transmisiones eran en directo y los contenidos se limitaban a noticias y certámenes deportes.

Por muchos años, tuvimos una televisión en blanco y negro, siempre dependiente del gobierno. En 1979 nos llegó la televisión en color. En 1985, con Teleantioquia, empezó la televisión regional, pero estatal, y en 1997, fue la primera licitación privada y al año siguiente, 1998, empezó a operar con dos canales privados de las empresas Caracol y RCN. Por consiguiente, durante estos 25 años, es mucho lo que podríamos decir de la televisión privada, que solo ha tenido competencia con ella misma.

Sin embargo, en esta oportunidad, nos limitamos a decir que valdría la pena una profunda reflexión, por ejemplo, para detenemos en lo que ha pasado con la televisión privada en estos 25 años, específicamente, con la misión propia de informar sobre los hechos que han originado las noticias y también de muchos acontecimientos que han dado lugar a bastantes programas de opinión, y seguramente, sería abundante lo que tendríamos que decir, en aspectos tan esenciales, como si el cubrimiento periodístico ha sido el más adecuado, o, si por el contrario, ha habido omisiones, por distintas razones.

Igualmente, sería procedente, pensar un poco e indagar sobre cuáles son los hechos que tienen ocurrencia con mayor frecuencia en todo el país y por qué razones. Aunque sería anticiparnos un poco, pero unos de los acontecimientos que suceden con regularidad tienen que ver con la seguridad y la violencia, tanto en la ciudad como en los campos.

Estas cortas palabras son una modesta insinuación para que los canales privados de televisión, que están celebrando estos 25 años de labores, hicieran un esfuerzo y realizaran algunas tareas propias de su quehacer profesional para aportarle a Colombia, en asuntos, como la educación y el deporte, por solo citar estos dos casos, con la advertencia de que son muchos más los otros que requieren atención y que demandan grandes cambios sociales, sobre todo, en beneficio de las nuevas generaciones, que seguramente, lo sabrán agradecer.