NO
INCURRIR EN LA JUSTICIA ESPECTÁCULO
Las dos noticias de la
semana que termina, que es la penúltima del mes de febrero de 2018, están
relacionadas con los posibles testaferros del grupo desmovilizado de la
guerrilla de las FARC, y el anuncio de un proceso contra el expresidente Álvaro
Uribe Vélez por posible manipulación de testigos. Ambos casos, no podemos
negarlo, son de interés nacional. En el primero, porque si se prueben, las
hasta ahora presuntas conductas delictivas, algunos miembros de dicha
agrupación subversiva, ya desmovilizada y legalizada como movimiento político,
perderían beneficios judiciales y serían procesados con las normas ordinarias
y, si hay lugar a sanciones, éstas serían bastante drásticas. En el caso del
doctor Álvaro Uribe Vélez, porque sería un proceso de enorme trascendencia,
tanto por las posibles conductas cometidas, como porque el procesado tiene el
rango de expresidente de la república, frente al senador Iván Cepeda del
partido Polo Democrático, que es de oposición.
Aquí, lo que nos convoca
a la reflexión, que debe ser bastante seria y permanente, es tanto de parte de
las autoridades como de los medios de comunicación, frente al derecho de la
sociedad de ser bien y adecuadamente informada. En cuanto a las autoridades,
porque muchas veces, sus declaraciones, que deberían hacer parte de la reserva,
las expresan en forma pública y con grandes anuncios de lo que está por venir.
De esa manera, crean expectativas y hasta generan suposiciones de lo que está
por conocerse, conductas que en lugar de beneficiar, con toda seguridad van a
afectar a la investigación que apenas está empezando. Respecto a los periodistas
y medios de comunicación, porque estimulan a los mismos, para que por cuenta propia,
hagan y en forma paralela, otra investigación y ésta, muchas veces se entrega
por capítulos, situación que también crea otras expectativas y más suposiciones
o invenciones que, finalmente, también afectará una investigación seria y
rigurosa, como debe ser.
Y podíamos agregar más
argumentos, todos desde la perspectiva negativa, que aconsejan que en estos
casos, tales conductas deberían evitarse y hacerse siempre en todos los casos,
sin importar los personajes que estén involucrados, porque ese es el gran
propósito que garantizará en Colombia, que todo el proceso investigativo cuente
con reglas claras, precisas, imparciales
y concretas, de manera que los funcionaros de la rama judicial,
competentes para investigar y sancionar, procedan siempre en la mismas forma,
cuya conducta es la que se constituye en el deber ser de un asunto tan delicado
como es la administración de justicia.
Por consiguiente, nuestro
llamado, que es reiterado en esta oportunidad, espera que contribuya a mermar el
tinte de espectáculo de la justicia, que está rodeando los dos caso que
mencionamos y que, en consecuencia, tanto las autoridades como las personas
vinculados a los procesos y los periodistas y medios de comunicación, asuman y
mantengan la conducta sensata que
corresponde en éstos y en casos similares, y que sea una conducta permanente
para evitar que la sociedad, muchas veces, movida y estimulada por el morbo
informativo, exija que todos los días, haya más información de cómo va y qué
habrá de nuevo en cada situación judicial, lo que a la vez genera, el otro
juicio paralelo de la sociedad, frente a noticias que deberían ser más
cuidadosas en sus contenidos.