La radiodifusión, como medio de comunicación, tiene especiales características que la diferencian de los demás, en la difusión de mensajes, entre ellas, que es instantánea y rompe fronteras físicas. Por tanto, su eficacia es demostrada todos los días. Tan importantes condiciones, deberían aprovecharlas más, en el sentido positivo y jamás en lo negativo. Por eso, en esta oportunidad, la reflexión tiene como punto central, referirnos al lenguaje vulgar que emplean algunos locutores y directores de programas en algunas emisoras. Por fortuna, no son todos los locutores, ni directores de programas, ni todas las emisoras, porque en tan hipotético caso, habría que emplear la expresión coloquial que dice: ¡apague y vámonos!
Los locutores y directores de espacios que utilizan expresiones vulgares, sobre todo, cuando se trata de entrevistas, en la mayoría de las veces, son quienes insisten en dar un sentido diferente al significado natural de una palabra que utiliza la otra persona con quien conversan. Otras veces, agregan términos para complementar la idea que creen quedó incompleta en la charla. Por ejemplo,una mujer llama y cuenta que está aburrida y muy triste. Al otro lado le preguntan por qué razones y ella contesta que el amigo que tenía se fue y le dejó una pena muy honda. El locutor agrega que si la pena es muy honda fue porque aquel hombre se lo hundió muy profundo. Y así empieza a interrogarla por el comportamiento del amigo que se ausentó. Indaga por la frecuencia en que la incitaba, cómo hacía el amor, las fórmulas que empleaba, la manera y capacidad de satisfacerla, la dimensión de su órgano y ... hasta saber si ella ya consiguió otro amante y las diferencias en las prácticas sexuales de éste con el otro.
En resumen, estamos en un ambiente radial que para nada contribuye a formar personas que hablen el lenguaje normal. Por eso, es hora de pedirle a las autoridades del Ministerio de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones, que prontamente, reglamenten la Ley 1341 de 2009, en los aspectos relacionados con la radiodifusión, de manera que en todas las emisoras se emplee el lenguaje apropiado para expresar los mensajes y que éstos constituyan aportes para el buen hablar. No podemos olvidar que en Colombia, hemos tenido fama de usar el lenguaje más pulcro, más castizo y más preciso para cada asunto.
Tampoco podemos olvidarnos de las funciones que tienen todos los medios de comunicación, pero en especial, la radio, frente a la sociedad, con la cual tiene un contrato tácito de servirle para que ella satisfaga el derecho a la información.
Asimismo, que es su deber de respetar los derechos fundamentales de todos, alusivos al buen nombre, a la honra, al honor, a la dignidad y a la imagen, entre los que citamos.
Por consiguiente,hacemos eco de las quejas y reclamos de muchos oyentes y pedimos reflexionar un poco, sobre el gran compromiso social de servir a la comunidad, con el uso del lenguaje apropiado para cada material, de manera que aquella tarea de educar se cumpla a cabalidad. Porque la libertad de expresión, en los medios de comunicación, no significa usar el lenguaje como se quiera, ni para ofender, insultar y causar daño a los demás. El idioma es la herramienta para estrechar y fortalecer los lazos con las demás personas, y hacerlo siempre, en forma respetuosa.
lunes, 28 de febrero de 2011
martes, 22 de febrero de 2011
Wikileaks de Colombia
Los secretos que se revelarán en los próximos días, provenientes del portal Wikileaks sobre Colombia, con toda seguridad, han creado gran expectativa. El periódico El Espectador que tiene en sus manos, este valioso archivo, deberá revisarlo con sumo cuidado antes de darlo a conocer, por entregas. Aunque mucho se ha dicho sobre el contenido de este material, ya se tenían sospechas, por otras fuentes, de todas maneras, como bien lo afirmó Guillermo Santos Calderón, en su columna: "El mundo de la tecnología. Twitter y la credibilidad", "Los medios de comunicación deben estar siempre evaluando estas fuentes, ya que pueden minar su credibilidad, que es su principal activo". El Tiempo, lo que debes leer, febrero 21 de 2011, página 18.
En esencia, nuestras inquietudes tienen que ver con el deber de diligencia, que es necesario desarrollar antes de difundir aquellos "secretos", porque no todos, tendrán el carácter de un contenido ceñido a la verdad. Más bien, mucha parte será sólo acerca de especulaciones y rumores. Por tanto, los debates que surgirán, darán lugar a más indagaciones, a rectificaciones y explicaciones no pedidas.
Por eso, nos anticipamos a pedir que, en nombre de la sociedad, ésta sea debidamente informada, porque El Espectador estaría faltando a sus deberes si publica material sin que previamente sea lo suficiente y conscientemente evaluado.
Y, con seguridad, los demás medios de comunicación, ampliarán aquellos contenidos con los comentarios de quienes sean vinculados a las publicaciones. En resumen, esperamos confiados en un material que dará mucho de qué hablar en los próximos días. Que todo sea en nombre del derecho a la información, como debe ser siempre.
En esencia, nuestras inquietudes tienen que ver con el deber de diligencia, que es necesario desarrollar antes de difundir aquellos "secretos", porque no todos, tendrán el carácter de un contenido ceñido a la verdad. Más bien, mucha parte será sólo acerca de especulaciones y rumores. Por tanto, los debates que surgirán, darán lugar a más indagaciones, a rectificaciones y explicaciones no pedidas.
Por eso, nos anticipamos a pedir que, en nombre de la sociedad, ésta sea debidamente informada, porque El Espectador estaría faltando a sus deberes si publica material sin que previamente sea lo suficiente y conscientemente evaluado.
Y, con seguridad, los demás medios de comunicación, ampliarán aquellos contenidos con los comentarios de quienes sean vinculados a las publicaciones. En resumen, esperamos confiados en un material que dará mucho de qué hablar en los próximos días. Que todo sea en nombre del derecho a la información, como debe ser siempre.
Etiquetas:
d,
democracia,
derecho de acceso,
derechos fundamentales,
medios de comunicación
lunes, 14 de febrero de 2011
Reflexionar, después de las fiestas
Como dijimos la semana pasada, casi todos los días hubo actos sociales, académicos, culturales y homenajes para celebrar el "Día Clásico del Periodista Colombiano". Pasados estos momentos, es la ocasión propicia para reflexionar sobre las funciones del periodismo y, por tanto, de los periodistas y de su tarea, que se difunde por los medios de comunicación. Es preciso recordar que para autores recientes, una tarea esencial la constituye el ser "el perro guardián de la democracia", por cuanto, el clásico "cuarto poder" de los medios de comunicación, ya ha desplazado a los tres otros tres poderes, para ocupar el primer puesto.
Por consiguiente, si se trata de una tarea que compromete todo el ejercicio del periodismo, con mayor razón, es válida la sugerencia de hacer una reflexión sobre los compromisos que se tienen frente a la sociedad. Sobre todo, porque en nuestro medio, los acontecimientos que son noticias, son abundantes y hasta reiterativos.
Por ejemplo, ayer domingo, 13 de febrero, gran parte de los medios sonoros y audiovisuales y, hoy, lunes 14, los impresos, destacaron la fallida liberación de dos secuestrados por el grupo insurgente, FARC. A su alrededor, se escucharon opiniones de diversos voceros de distintas corrientes políticas. Casi fue unánime la solicitud de no suspender este proceso humanitario. Tal situación, con toda seguridad, es un excelente punto de referencia para nuestra reflexión.
Partimos de la necesidad de defender los derechos fundamentales, como un gran deber del "primer poder", empezando por el derecho a la vida y los demás, que se derivan de su goce. Seguramente, además de informarse, también será necesario expresar juicios de valor. Pero en su conjunto,y sin dejar de desconocer que se trata de una situación que puede dar lugar para varias interpretaciones, por encima de éstas, que son plurales y diversas, necesitamos rescatar la solicitud de seguir insistiendo porque se logren estas liberaciones y, que ojalá, sigan otras y sea una cadena de actos positivos, a pesar de las dificultades transitorias, para orientarnos hacia los pasos que deben darse, siempre encaminados a la búsqueda de la anhelada y utópica paz, de manera que poco a poco, estemos viendo realidades.
Con esta mera insinuación, por esta semana, la reflexión podría ser en torno al derecho a la vida, pero extendido a todos los colombianos. Por ejemplo, sólo a título enunciativo, son muchos los sectores de colombianos, que claman porque se les respete el derecho a la vida, entre ellos, los desplazados, tanto del campo a la ciudad, como entre los barrios de la ciudad; los campesinos que siguen luchando porque les devuelvan la tierra; los trabajadores informales; los enfermos terminales ... la lista se podría ampliar.
La reflexión se convierte en una acción concreta, cuando denunciamos los atropellos a los derechos humanos, sin importar quién los ejecuta. Cuando pedimos y exigimos respeto al derecho a la vida. Cuando somos solidarios con las víctimas de los atropellos a sus derechos. Cuando informamos, constantemente y hacemos seguimientos a los actos de los gobernantes, que buscan castigar a los violadores. En otras palabras, no bajar la guardia en la defensa de los derechos fundamentales, porque unos de ellos, que complementa las tareas antes citadas, es precisamente, posibilitar que la sociedad satisfaga el derecho fundamental a ser bien informada, como uno de nuestras grandes deberes.
Por eso, participamos en las fiestas, pero sin olvidarnos de la misión que, voluntariamente, hemos adquirido y cumplimos fielmente.
Por consiguiente, si se trata de una tarea que compromete todo el ejercicio del periodismo, con mayor razón, es válida la sugerencia de hacer una reflexión sobre los compromisos que se tienen frente a la sociedad. Sobre todo, porque en nuestro medio, los acontecimientos que son noticias, son abundantes y hasta reiterativos.
Por ejemplo, ayer domingo, 13 de febrero, gran parte de los medios sonoros y audiovisuales y, hoy, lunes 14, los impresos, destacaron la fallida liberación de dos secuestrados por el grupo insurgente, FARC. A su alrededor, se escucharon opiniones de diversos voceros de distintas corrientes políticas. Casi fue unánime la solicitud de no suspender este proceso humanitario. Tal situación, con toda seguridad, es un excelente punto de referencia para nuestra reflexión.
Partimos de la necesidad de defender los derechos fundamentales, como un gran deber del "primer poder", empezando por el derecho a la vida y los demás, que se derivan de su goce. Seguramente, además de informarse, también será necesario expresar juicios de valor. Pero en su conjunto,y sin dejar de desconocer que se trata de una situación que puede dar lugar para varias interpretaciones, por encima de éstas, que son plurales y diversas, necesitamos rescatar la solicitud de seguir insistiendo porque se logren estas liberaciones y, que ojalá, sigan otras y sea una cadena de actos positivos, a pesar de las dificultades transitorias, para orientarnos hacia los pasos que deben darse, siempre encaminados a la búsqueda de la anhelada y utópica paz, de manera que poco a poco, estemos viendo realidades.
Con esta mera insinuación, por esta semana, la reflexión podría ser en torno al derecho a la vida, pero extendido a todos los colombianos. Por ejemplo, sólo a título enunciativo, son muchos los sectores de colombianos, que claman porque se les respete el derecho a la vida, entre ellos, los desplazados, tanto del campo a la ciudad, como entre los barrios de la ciudad; los campesinos que siguen luchando porque les devuelvan la tierra; los trabajadores informales; los enfermos terminales ... la lista se podría ampliar.
La reflexión se convierte en una acción concreta, cuando denunciamos los atropellos a los derechos humanos, sin importar quién los ejecuta. Cuando pedimos y exigimos respeto al derecho a la vida. Cuando somos solidarios con las víctimas de los atropellos a sus derechos. Cuando informamos, constantemente y hacemos seguimientos a los actos de los gobernantes, que buscan castigar a los violadores. En otras palabras, no bajar la guardia en la defensa de los derechos fundamentales, porque unos de ellos, que complementa las tareas antes citadas, es precisamente, posibilitar que la sociedad satisfaga el derecho fundamental a ser bien informada, como uno de nuestras grandes deberes.
Por eso, participamos en las fiestas, pero sin olvidarnos de la misión que, voluntariamente, hemos adquirido y cumplimos fielmente.
domingo, 6 de febrero de 2011
Semana de celebraciones
Desde este lunes, tenemos diversos anuncios e invitaciones para celebrar el "Día Clásico del Periodista Colombiano", que sigue siendo el 9 de febrero, en honor al llamado "padre de nuestro periodismo", Manuel del Socorro Rodríguez, aunque también algunos autores lo consideren como el "lambón del virreinato". Pero recordemos que, desde el punto de vista legal, contamos con la Ley 1016 de 2006, que se promulgó con meros efectos declarativos y reemplaza a la Ley 918 de 2004, declarada inexequible. En esencia, la nueva poco agrega y podemos seguir compartiendo el comentario que escribió en su momento, el periodista y profesor Juan José García Posada, y que tituló: "El efecto placebo de una ley anodina". El Colombiano, Medellín, febrero 14 de 1995, pág. 4-A.
De todas maneras, sí es el momento oportuno para reflexionar sobre la trascendencia social, política, jurídica, lingüística y podríamos seguir agregando (...) de una profesión, que día a día, permite apreciar que todos los efectos de su quehacer, que los vemos en los acontecimientos de nuestro entorno, que es internacional por la función de los medios de comunicación, ya no constituye el "cuarto poder" sino el primero y lo será por muchos años y, difícilmente, será desplazado.
Y para pensar, son muchos los temas sobre los cuales tenemos siempre interés. Por ejemplo, en la Universidad Pontificia Bolivariana, el miércoles 9, a las 8 de la mañana, nos invitan a un "Coloquio sobre el manejo de las fuentes periodísticas y el fenómeno de wikileaks", con la participación de la directora del periódico El Colombiano, doctora Ana Mercedes Martínez Gómez; Luis Guillermo Patiño Aristizábal, Director de Ciencias Políticas; Juan José García Posada, profesor y periodista; y Federico Medina Cano, profesor, con la moderación del también docente, Javier Ignacio Muñoz.
También, ese mismo día, el Club de la Prensa, a las 11 de la mañana, con la participación de otras agremiaciones, hará el descubrimienmto de la estatua de Don Manuel del Socorro Rodríguez, en la Parque de la Libertad, de la Gobernación de Antioquia, se encenderá la llama eterna y se recordará y rendirá homenaje a los colegas fallecidos. Y, el Círculo de Periodistas y Comunicadores Sociales de Antioquia, CIPA, a las cuatro de la tarde, en el auditorio del IDEA, hará la correspondiente celebración, en cuyo acto, anunciará la convocatoria a los Premios a la Excelencia Periodística 2011 y la realización del Cuarto Encuentro Nacional de Comunicadores y Periodistas, para el mes de septiembre, el cual analizará la información y su tratamiento, relacionada con la niñez y la infancia. El acto terminará con la presentación del libro: Vigencia del pensamiento bolivariano, en lo económico, en lo cultural, en lo educativo, en lo político y en lo social, escrito por el periodista, profesor, fundador y socio honorario del CIPA, José Jaramillo Alzate.
Y habrá, asimismo, otras actividades sociales, auspiciadas por entidades tanto públicas como privadas. Pero ojalá estas celebraciones, vayan más allá de un encuentro emotivo y convoquen a destacar y reconocer la invaluable misión del periodista en nuestra sociedad que, como ocurre en las democracias, junto con los medios de comunicación, se constituyen en sus "perros guardianes", para fiscalizar los actos de los gobernantes y denunciar los atropellos a los derechos de las personas, cometidos por autoridades y particulares. Además, es también la ocasión para reiterar la urgente e inaplazable necesidad de luchar, todos los días, por la dignidad profesional, que empieza por salarios competitivos que permitan vivir, como se lo merecen, quienes están al servicio de la sociedad bien informada.
De todas maneras, sí es el momento oportuno para reflexionar sobre la trascendencia social, política, jurídica, lingüística y podríamos seguir agregando (...) de una profesión, que día a día, permite apreciar que todos los efectos de su quehacer, que los vemos en los acontecimientos de nuestro entorno, que es internacional por la función de los medios de comunicación, ya no constituye el "cuarto poder" sino el primero y lo será por muchos años y, difícilmente, será desplazado.
Y para pensar, son muchos los temas sobre los cuales tenemos siempre interés. Por ejemplo, en la Universidad Pontificia Bolivariana, el miércoles 9, a las 8 de la mañana, nos invitan a un "Coloquio sobre el manejo de las fuentes periodísticas y el fenómeno de wikileaks", con la participación de la directora del periódico El Colombiano, doctora Ana Mercedes Martínez Gómez; Luis Guillermo Patiño Aristizábal, Director de Ciencias Políticas; Juan José García Posada, profesor y periodista; y Federico Medina Cano, profesor, con la moderación del también docente, Javier Ignacio Muñoz.
También, ese mismo día, el Club de la Prensa, a las 11 de la mañana, con la participación de otras agremiaciones, hará el descubrimienmto de la estatua de Don Manuel del Socorro Rodríguez, en la Parque de la Libertad, de la Gobernación de Antioquia, se encenderá la llama eterna y se recordará y rendirá homenaje a los colegas fallecidos. Y, el Círculo de Periodistas y Comunicadores Sociales de Antioquia, CIPA, a las cuatro de la tarde, en el auditorio del IDEA, hará la correspondiente celebración, en cuyo acto, anunciará la convocatoria a los Premios a la Excelencia Periodística 2011 y la realización del Cuarto Encuentro Nacional de Comunicadores y Periodistas, para el mes de septiembre, el cual analizará la información y su tratamiento, relacionada con la niñez y la infancia. El acto terminará con la presentación del libro: Vigencia del pensamiento bolivariano, en lo económico, en lo cultural, en lo educativo, en lo político y en lo social, escrito por el periodista, profesor, fundador y socio honorario del CIPA, José Jaramillo Alzate.
Y habrá, asimismo, otras actividades sociales, auspiciadas por entidades tanto públicas como privadas. Pero ojalá estas celebraciones, vayan más allá de un encuentro emotivo y convoquen a destacar y reconocer la invaluable misión del periodista en nuestra sociedad que, como ocurre en las democracias, junto con los medios de comunicación, se constituyen en sus "perros guardianes", para fiscalizar los actos de los gobernantes y denunciar los atropellos a los derechos de las personas, cometidos por autoridades y particulares. Además, es también la ocasión para reiterar la urgente e inaplazable necesidad de luchar, todos los días, por la dignidad profesional, que empieza por salarios competitivos que permitan vivir, como se lo merecen, quienes están al servicio de la sociedad bien informada.
miércoles, 2 de febrero de 2011
Egipto y la revolución de las redes sociales
Durante esta semana, la noticia internacional más importante es el movimiento que pretende sacar del poder al presidente de Egipto, Hosni Mubarak, después de 30 años de gobierno dictatorial. Pero el asunto de fondo y al cual debemos hacer especial referencia es el alusivo a la capacidad de convocatoria de las redes sociales. Lo anterior confirma una nueva teoría política, consistente en que lo que fue antes la prensa, hoy, extendida a todos los medios de comunicación, entendida entonces, como el famoso "cuarto poder", en la actualidad no lo es, porque los medios de comunicación han desplazado a los poderes clásicos: legislativo, ejecutivo y judicial, para posicionarse como el gran primer poder.
Decimos con insistencia que vivimos la sociedad de la información, o la sociedad del conocimiento, o la sociedad de la deliberación, gracias al flujo constante, pluralista y diverso de mensajes que difunden los distintos medios de comunicación, sobre, los que hacen parte de las nuevas tecnologías de la información y las comunicaciones, cuyo líder indiscutible es internet.
¿Cómo entender a internet, en este momento? Para efectos de esta corta reflexión, esta llamada red de redes, permite la conexión internacional, en un escenario natural, que es el espectro electromagnético, como la gran plaza mundial para que allí, estemos todos, en forma libre, sin obstáculos y de manera permanente, para dialogar y debatir.
Por eso, cuando tenemos la posibilidad de denunciar los atropellos de los gobiernos tiranos, o de los particulares, también abusivos y que ejercen poder dominante, apoyados en su posición económica, y en perjuicio de grandes sectores sociales, es cuando tenemos que alzar la voz y llamar a otras, para que unidas, formemos el gran ejército de descontentos para expresar libremente el rechazo a tan funestas prácticas.
Ese "primer poder", en el caso de Egipto, seguramente,ha de triunfar. Pero con tal acontecimiento, no termina la tarea iniciada. Debe estar atento a los sucesos siguientes, para que la conquista no traiga consecuencias distintas a las de empezar un camino de construcción democrática, con un nuevo gobierno que así se declare y que trace un plan de trabajo, en todos los frentes, de manera que tenga claro el derrotero y los ciudadanos y demás instituciones sociales estén vigilantes a su desarrollo.
Será, entonces, una prueba irrefutable de que vendrán otros cambios similares, porque es la hora de la revolución de las tecnologías de la información y las comunicaciones, para que ellas, sirvan de soporte a futuros movimientos similares que, desde las redes sociales, impulsarán los grandes cambios políticos de aquellos países que siguen sufriendo las dictaduras aferradas al poder, por muchos años. Son las nuevas generaciones las que liderarán los cambios profundos de la sociedad del siglo XXI.
Decimos con insistencia que vivimos la sociedad de la información, o la sociedad del conocimiento, o la sociedad de la deliberación, gracias al flujo constante, pluralista y diverso de mensajes que difunden los distintos medios de comunicación, sobre, los que hacen parte de las nuevas tecnologías de la información y las comunicaciones, cuyo líder indiscutible es internet.
¿Cómo entender a internet, en este momento? Para efectos de esta corta reflexión, esta llamada red de redes, permite la conexión internacional, en un escenario natural, que es el espectro electromagnético, como la gran plaza mundial para que allí, estemos todos, en forma libre, sin obstáculos y de manera permanente, para dialogar y debatir.
Por eso, cuando tenemos la posibilidad de denunciar los atropellos de los gobiernos tiranos, o de los particulares, también abusivos y que ejercen poder dominante, apoyados en su posición económica, y en perjuicio de grandes sectores sociales, es cuando tenemos que alzar la voz y llamar a otras, para que unidas, formemos el gran ejército de descontentos para expresar libremente el rechazo a tan funestas prácticas.
Ese "primer poder", en el caso de Egipto, seguramente,ha de triunfar. Pero con tal acontecimiento, no termina la tarea iniciada. Debe estar atento a los sucesos siguientes, para que la conquista no traiga consecuencias distintas a las de empezar un camino de construcción democrática, con un nuevo gobierno que así se declare y que trace un plan de trabajo, en todos los frentes, de manera que tenga claro el derrotero y los ciudadanos y demás instituciones sociales estén vigilantes a su desarrollo.
Será, entonces, una prueba irrefutable de que vendrán otros cambios similares, porque es la hora de la revolución de las tecnologías de la información y las comunicaciones, para que ellas, sirvan de soporte a futuros movimientos similares que, desde las redes sociales, impulsarán los grandes cambios políticos de aquellos países que siguen sufriendo las dictaduras aferradas al poder, por muchos años. Son las nuevas generaciones las que liderarán los cambios profundos de la sociedad del siglo XXI.
miércoles, 26 de enero de 2011
Despenalización de los delitos de injuria y calumnia
Acabamos de conocer la noticia, según la cual, la Federación de Periodistas de América Latina y el Caribe han pedido a la Corte Constitucional de Colombia, la despenalización de los delitos de injuria y calumnia, con base en la doctrina penal moderna y los estándares internacionales y constitucionales, que están orientados a salvaguardar el ejercicio del derecho a la libertad de expresión.
Consideramos que es necesario, antes de cualquier debate recordar, para que haya ilustración, que en Colombia, el delito de injuria, artículo 222 del Código Penal, lo define como hacer a otra persona imputaciones deshonrosas. La sanción penal es prisión de 16 a 54 meses y multa de 13.33 a 1.500 salarios mínimo legales mensuales. Y, respecto al delito de calumnia, artículo 221, dice que ocurre cuando se imputa falsamente a otra persona, una conducta típica, es decir, un delito. La sanción penal es de prisión de 16 a 72 meses y multa de 13.33 a 1.500 salarios mínimos legales mensuales vigentes.
En ambos casos, la experiencia nos ha enseñado que las penas de prisión limitan, exageradamente, el ejercicio del derecho fundamental a la libertad de expresión.
Sin embargo, también es importante destacar que la comisión de dichos delitos, en ciertos casos, sobre todo, cuando se hacen afirmaciones sin fundamento alguno y, agreguemos, de manera irresponsable, afectan y lesionan, gravemente, el patrimonio moral del denunciado, sin que, en la mayoría de los veces, sea posible que recupere el daño causado.
También, el debate se centra en poder determinar, con suficiente claridad y concreción, cuándo se ha cometido alguno de estos dos delitos. Por ejemplo, en el caso del delito de injuria, hoy, es muy difícil tener claridad cuándo, las palabras que se utilizan para un comentario, una denuncia o alguna referencia a una persona, de verdad, sí constituyan imputaciones deshonrosas. Tomemos este caso: hace algunos años, decir que una persona determinada, con nombre y apellidos y plenamente identificada era homosexual, sí era una imputación que lo deshonraba ante los demás. Actualmente, con el reconocimiento de los derechos de los demás, entre ellos, los de la diversidad sexual, aquella expresión no afecta, para nada, ante los otros, aquella conducta de una persona que, como en razón a su trabajo, sea muy conocida por los demás, como el caso de un gobernante de una ciudad capital.
Respecto al delito de calumnia, sí es más fácil saber cuándo se ha podido cometer, porque es necesario que una persona determinada, acuse falsamente, a otra persona también determinada, de la comisión de un delito concreto, porque éstos, están contenidos en el Código Penal.
Por consiguiente, cuando el periodista, o el comunicador, o cualquier ciudadano habla, escribe y publica sus mensajes, sean éstos comentarios, acusaciones, juicios de valor, canciones, poesías y otros, tendrá que ser muy cuidadosa para no actuar sin tener conciencia de sus contenidos. En otras palabras, el ejercicio de la libertad de expresión, no es una patente de corso para que todo el que quiera, pueda decir también todo lo que le provoque de una persona conocida, sin tener las pruebas suficientes para tales afirmaciones.
La conclusión es muy sencilla: somos conscientes de que tenemos libertad para decir, sin limitaciones previas, lo que deseemos. Pero a la vez, somos responsables en todo sentido: social, ética y jurídicamente, de las palabras que expresemos. El uso razonable, ponderado, documentado, prudente y respetuoso, nos dará la seguridad de que la utilización de la libertad de expresión no dará lugar a la comisión de los delitos de injuria y calumnia.
Consideramos que es necesario, antes de cualquier debate recordar, para que haya ilustración, que en Colombia, el delito de injuria, artículo 222 del Código Penal, lo define como hacer a otra persona imputaciones deshonrosas. La sanción penal es prisión de 16 a 54 meses y multa de 13.33 a 1.500 salarios mínimo legales mensuales. Y, respecto al delito de calumnia, artículo 221, dice que ocurre cuando se imputa falsamente a otra persona, una conducta típica, es decir, un delito. La sanción penal es de prisión de 16 a 72 meses y multa de 13.33 a 1.500 salarios mínimos legales mensuales vigentes.
En ambos casos, la experiencia nos ha enseñado que las penas de prisión limitan, exageradamente, el ejercicio del derecho fundamental a la libertad de expresión.
Sin embargo, también es importante destacar que la comisión de dichos delitos, en ciertos casos, sobre todo, cuando se hacen afirmaciones sin fundamento alguno y, agreguemos, de manera irresponsable, afectan y lesionan, gravemente, el patrimonio moral del denunciado, sin que, en la mayoría de los veces, sea posible que recupere el daño causado.
También, el debate se centra en poder determinar, con suficiente claridad y concreción, cuándo se ha cometido alguno de estos dos delitos. Por ejemplo, en el caso del delito de injuria, hoy, es muy difícil tener claridad cuándo, las palabras que se utilizan para un comentario, una denuncia o alguna referencia a una persona, de verdad, sí constituyan imputaciones deshonrosas. Tomemos este caso: hace algunos años, decir que una persona determinada, con nombre y apellidos y plenamente identificada era homosexual, sí era una imputación que lo deshonraba ante los demás. Actualmente, con el reconocimiento de los derechos de los demás, entre ellos, los de la diversidad sexual, aquella expresión no afecta, para nada, ante los otros, aquella conducta de una persona que, como en razón a su trabajo, sea muy conocida por los demás, como el caso de un gobernante de una ciudad capital.
Respecto al delito de calumnia, sí es más fácil saber cuándo se ha podido cometer, porque es necesario que una persona determinada, acuse falsamente, a otra persona también determinada, de la comisión de un delito concreto, porque éstos, están contenidos en el Código Penal.
Por consiguiente, cuando el periodista, o el comunicador, o cualquier ciudadano habla, escribe y publica sus mensajes, sean éstos comentarios, acusaciones, juicios de valor, canciones, poesías y otros, tendrá que ser muy cuidadosa para no actuar sin tener conciencia de sus contenidos. En otras palabras, el ejercicio de la libertad de expresión, no es una patente de corso para que todo el que quiera, pueda decir también todo lo que le provoque de una persona conocida, sin tener las pruebas suficientes para tales afirmaciones.
La conclusión es muy sencilla: somos conscientes de que tenemos libertad para decir, sin limitaciones previas, lo que deseemos. Pero a la vez, somos responsables en todo sentido: social, ética y jurídicamente, de las palabras que expresemos. El uso razonable, ponderado, documentado, prudente y respetuoso, nos dará la seguridad de que la utilización de la libertad de expresión no dará lugar a la comisión de los delitos de injuria y calumnia.
martes, 11 de enero de 2011
El respeto por los derechos de los niños
Algunos medios de comunicación han hecho eco del comportamiento del cantante vallenato, Silvestre Dangond, quien en un concierto, en la localidad de Patillal,departamento del Cesar, el pasado 25 de diciembre, le tocó los genitales a un menor de edad. A pesar de las explicaciones sobre aquella conducta, como reiterada en aquella región, la costa atlántica, donde se le considera "normal", tal comportamiento no admite justificación alguna. Porque de todas maneras, se trata de un acto grotesco y vulgar que atenta contra la dignidad de un menor de edad y lo deshonra públicamente.
Por lo anterior, vale la pena recordar que nuestra Constitución Política, que celebrará el próximo 4 de junio, sus 20 años de existencia, tiene entre sus grandes novedades, la incorporación de los derechos fundamentales y, en forma expresa, hace referencia a los derechos fundamentales de los niños, en su artículo 47. Es deber, en consecuencia, de todos los hombres y mujeres de Colombia, pero especialmente, de quienes son personajes públicos, conocer y respetar los derechos ajenos. Porque quienes, en forma voluntaria, asumen una actividad que por su misma naturaleza, los convierte en personajes de notoriedad pública, con mayor razón, saben que todo su comportamiento está a la luz pública y expuesto para que todos lo veamos y lo juzguemos.
Deben entonces, asumir una conducta ejemplar y digna de ese importante reconocimiento social, y ser paradigmas de convivencia, pero sobre todo, de respeto hacia los derechos de los demás. Porque en estos casos, se puede aplicar la expresión popular de que "su ejemplo arrastra", es decir, si actúan irresponsablemente, quienes los admiran, entre ellos, los menores de edad, como en el caso de los artistas, quieren parecerse a su ídolo, y por eso, harán lo mismo que aquellos.
Ojalá que esta situación, que podría tener muchos calificativos, y que nosotros llamamos como un espectáculo que hiere la dignidad y el derecho a la intimidad del menor, sirva como reflexión para que en adelante, hechos de este tipo, no se presenten o, que cuando ocurran, inmediatamente, nos pronunciemos y los rechacemos, porque no podemos guardar silencio frente a la violación de los derechos fundamentales de nadie, pero en especial, cuando las víctimas son menores de edad.
Y aprovechamos la oportunidad, para destacar y elogiar la actitud de los medios de comunicación que han difundido este grave hecho, porque es una manera eficaz de reclamar el debido respeto de la dignidad humana, y de cumplir parte de la misión social de ellos, en una sociedad que, por ser pluralista y diversa, no puede tolerar conductas que por su propia naturaleza, tienen que ser reprochadas y denuncias sin temor alguno.
Por lo anterior, vale la pena recordar que nuestra Constitución Política, que celebrará el próximo 4 de junio, sus 20 años de existencia, tiene entre sus grandes novedades, la incorporación de los derechos fundamentales y, en forma expresa, hace referencia a los derechos fundamentales de los niños, en su artículo 47. Es deber, en consecuencia, de todos los hombres y mujeres de Colombia, pero especialmente, de quienes son personajes públicos, conocer y respetar los derechos ajenos. Porque quienes, en forma voluntaria, asumen una actividad que por su misma naturaleza, los convierte en personajes de notoriedad pública, con mayor razón, saben que todo su comportamiento está a la luz pública y expuesto para que todos lo veamos y lo juzguemos.
Deben entonces, asumir una conducta ejemplar y digna de ese importante reconocimiento social, y ser paradigmas de convivencia, pero sobre todo, de respeto hacia los derechos de los demás. Porque en estos casos, se puede aplicar la expresión popular de que "su ejemplo arrastra", es decir, si actúan irresponsablemente, quienes los admiran, entre ellos, los menores de edad, como en el caso de los artistas, quieren parecerse a su ídolo, y por eso, harán lo mismo que aquellos.
Ojalá que esta situación, que podría tener muchos calificativos, y que nosotros llamamos como un espectáculo que hiere la dignidad y el derecho a la intimidad del menor, sirva como reflexión para que en adelante, hechos de este tipo, no se presenten o, que cuando ocurran, inmediatamente, nos pronunciemos y los rechacemos, porque no podemos guardar silencio frente a la violación de los derechos fundamentales de nadie, pero en especial, cuando las víctimas son menores de edad.
Y aprovechamos la oportunidad, para destacar y elogiar la actitud de los medios de comunicación que han difundido este grave hecho, porque es una manera eficaz de reclamar el debido respeto de la dignidad humana, y de cumplir parte de la misión social de ellos, en una sociedad que, por ser pluralista y diversa, no puede tolerar conductas que por su propia naturaleza, tienen que ser reprochadas y denuncias sin temor alguno.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)