martes, 11 de enero de 2011

El respeto por los derechos de los niños

Algunos medios de comunicación han hecho eco del comportamiento del cantante vallenato, Silvestre Dangond, quien en un concierto, en la localidad de Patillal,departamento del Cesar, el pasado 25 de diciembre, le tocó los genitales a un menor de edad. A pesar de las explicaciones sobre aquella conducta, como reiterada en aquella región, la costa atlántica, donde se le considera "normal", tal comportamiento no admite justificación alguna. Porque de todas maneras, se trata de un acto grotesco y vulgar que atenta contra la dignidad de un menor de edad y lo deshonra públicamente.

Por lo anterior, vale la pena recordar que nuestra Constitución Política, que celebrará el próximo 4 de junio, sus 20 años de existencia, tiene entre sus grandes novedades, la incorporación de los derechos fundamentales y, en forma expresa, hace referencia a los derechos fundamentales de los niños, en su artículo 47. Es deber, en consecuencia, de todos los hombres y mujeres de Colombia, pero especialmente, de quienes son personajes públicos, conocer y respetar los derechos ajenos. Porque quienes, en forma voluntaria, asumen una actividad que por su misma naturaleza, los convierte en personajes de notoriedad pública, con mayor razón, saben que todo su comportamiento está a la luz pública y expuesto para que todos lo veamos y lo juzguemos.

Deben entonces, asumir una conducta ejemplar y digna de ese importante reconocimiento social, y ser paradigmas de convivencia, pero sobre todo, de respeto hacia los derechos de los demás. Porque en estos casos, se puede aplicar la expresión popular de que "su ejemplo arrastra", es decir, si actúan irresponsablemente, quienes los admiran, entre ellos, los menores de edad, como en el caso de los artistas, quieren parecerse a su ídolo, y por eso, harán lo mismo que aquellos.

Ojalá que esta situación, que podría tener muchos calificativos, y que nosotros llamamos como un espectáculo que hiere la dignidad y el derecho a la intimidad del menor, sirva como reflexión para que en adelante, hechos de este tipo, no se presenten o, que cuando ocurran, inmediatamente, nos pronunciemos y los rechacemos, porque no podemos guardar silencio frente a la violación de los derechos fundamentales de nadie, pero en especial, cuando las víctimas son menores de edad.

Y aprovechamos la oportunidad, para destacar y elogiar la actitud de los medios de comunicación que han difundido este grave hecho, porque es una manera eficaz de reclamar el debido respeto de la dignidad humana, y de cumplir parte de la misión social de ellos, en una sociedad que, por ser pluralista y diversa, no puede tolerar conductas que por su propia naturaleza, tienen que ser reprochadas y denuncias sin temor alguno.

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