lunes, 6 de octubre de 2025

 

¡NO MÁS MENTIRAS¡ ¡JUEGO LIMPIO!

 

Consideramos que es nuestro deber profesional permanente, insistir sin descanso, hasta el cansancio y repetir y repetir, pero jamás, como se dice en el lenguaje coloquial, nunca desistir. Porque estamos viviendo este resto de año 2025 y el primer semestre de 2026, unos días muy oscuros, confusos, preocupantes y sin tener certeza de lo que pasará cada día, cada noche, cada fin de semana. Sobre todo, porque estamos en plenas campañas electorales para escoger el nuevo Congreso -aunque muchos de sus integrantes serán reelegidos-, compuesto por el Senado, con votación en todo Colombia y los nacionales en el exterior, y Cámara de Representante, por circunscripciones, que comprenden los departamentos, Bogotá, y también colombianos en el exterior.

Pero el asunto de fondo tiene que ver con la manera, que todavía no sabemos cómo llamarla, de desinformar hasta con mucha creatividad perversa, para lograr, como en efecto lo consiguen, de mentir, de manipular, de engañar, de convencer falsamente, tanto con la palabra como con la imagen, cuya conductas podrían hasta constituir delitos, por el uso inconsulto, indebido y abusivo de derechos fundamentales, que tienen relación con la figura, la imagen y el retrato de la persona.

Por eso, nos enteramos con hechos recientes y sin autor conocido, que se está empleando el recurso de las vallas para enviar mensajes, muchos de ellos, con las características de contenido subliminal, de manera que, cuando la persona se detiene para apreciar bien la valla, haga un ejercicio de entender todos los mensajes, sin lograrlo, en forma clara y concreta y quede más confundido, y de esa manera, se consigue más manipulación, y es como que cuando una persona ingiere licor, que con el paso de los minutos, no sabe qué tiene frente a sus ojos. 

Por consiguiente, son muchas las razones para que, especialmente, los periodistas y sus medios de comunicación, lo mismo que las entidades que se dedican al estudio de los efectos, cualesquiera sean los resultados que producen los distintos mensajes que se difunden, con énfasis, en aquellos que, en forma reiterada los repiten, que sean muy cuidadosos al hacerlo.

Ese es el llamado de esta breve reflexión, que nos debe llevar a replantear, en forma sincera y honesta, que estamos en el deber, cada uno de nosotros, de asumir un comportamiento que contribuya a cambiar la manera de narrar los hechos de cada día, y de opinar sobre ellos, y que sea siempre una invitación a vivir sin manipulaciones, sino con un contenido de paz, de tranquilidad y de respeto, de manera que siempre sea convocatoria para la anhelada paz, que tanto ambicionamos.

 

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