lunes, 19 de noviembre de 2018

EL VANDALISMO Y LA VIOLENCIA EN LAS MARCHAS ESTUDIANTILES

El pasado 15 de octubre, tuvimos la oportunidad de escribir sobre las marchas estudiantiles y su relación con el derecho a la libertad de expresión. Dijimos que en ellas, habíamos observado un comportamiento pacífico y que los reclamos para la financiación de las universidades públicas constituía un argumento serio para que el gobierno reconociera que se trata de un asunto delicado y de mucha trascendencia para el futuro de Colombia.

Pero la semana que termina, cuando hubo nuevas marchas en distintas ciudades del país, éstas fueron empañadas por el vandalismo y la violencia. Los mismos convocantes y los estudiantes expresaron su rechazo porque para reclamar no es necesario usar la violencia, ni irrespetar a la policía, ni pintar los buses de transporte público, ni dañar bienes que están al servicio de la comunidad. Aunque algunas voces dijeron que la fuerza pública se excedió con los gases lacrimógenos y los bolillos y hasta ingresó a las instalaciones de la Universidad Nacional, Seccional de Medellín. Frente a estos actos, siempre habrá que reclamar cordura de todas las partes.

Nosotros insistimos en que la financiación de la educación superior debe ser un compromiso permanente del gobierno, tanto nacional, como en los departamentos y en los municipios, porque el dinero que se invierta en más oportunidades de educación siempre será bien utilizado y sus efectos también serán muy positivos. Y ya dijimos que necesitamos que desde la infancia haya el mayor cuidado para que las actuales y las futuras generaciones adquieran normas de comportamiento que poco a poco, vayan cambiando una sociedad de violencia por una sociedad respetuosa del otro, y pacífica, sin dejar de reconocer que en muchos aspectos, siempre habrá diferencias ideológicas.

Por tanto, no sobran las reflexiones y la insistencia en que cuando sea indispensable expresar desacuerdos, que son apenas naturales en un sistema democrático, se empleen medios civilizados y pacíficos, de manera que se pueda escuchar a quien tenga un pensamiento diferente o un argumento contrario al defendido, porque a lo mejor, puede tener mayor sustento que el nuestro. Precisamente en la pluralidad y en la diversidad está la riqueza de la libertad de palabra. Y en la medida en que la ejerzamos siempre con razones, jamás habrá lugar a la barbarie que algunas veces trata de impedir el ejercicio de la libertad de expresión y de provocar situaciones de violencia que debemos insistir, deberían estar superadas.

Como estamos próximos a terminar el año, entonces, que sea la ocasión para prepararnos a vivir estos días, llenos de entusiasmo y alegría, con la esperanza de tener una navidad y un año nuevo, llenos de paz, convivencia, alegría y convivencia en la familia y en la sociedad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario