INCIAMOS TAREAS DEL AÑO 2016
Con un poco de retraso, por múltiples dificultades personales, apenas iniciamos el trabajo del año 2016, con la esperanza de realizarlo de la más más fructífera posible. Por eso, renovamos los votos de mayor constancia y regularidad en los comentarios y en los cambios que, necesariamente, debemos hacer para darle regularidad y consistencia al trabajo que nos proponemos. Por tanto, luego de un corto saludo y los votos por la felicidad y prosperidad de nuestros amigos, damos el primer paso.
UNA REFLEXIÓN SOBRE
LA PROFESIÓN, SU DÍA CLÁSICO Y SU COMPROMISO SOCIAL, A PROPÓSITO DEL ESCÁNDALO
EN LA POLICÍA
Como es tradicional, año tras año, se repiten las ceremonias, los actos
sociales, los homenajes, los almuerzos y las diversas reuniones para decir que
el 9 de febrero es el Día Clásico del Periodista Colombiano, aunque la norma
que así lo consagró, la Le 71 de 1975, haya sido declarada sin efectos por la
Corte Constitucional, y hoy, nos rige la Ley 1016 de 2006, que cambió la fecha
para el 4 de agosto, y la extendió a los Comunicadores, y le rinde honores al
precursor de la independencia y traductor de los derechos del hombre y del
ciudadano, Antonio Nariño.
A los distintos actos que tengan lugar, deberíamos agregar una reflexión
cuidadosa y crítica sobre el significado de la profesión y su compromiso
social. Porque sería la oportunidad para que hablaran, no solamente los
colegas, sino que fueran más bien, los miembros de la sociedad, empezando por
el ciudadano de a pie, las mujeres, los educadores, los representantes de
organizaciones, en fin, que en el fondo, sea la voz del público, porque son
ellos los que confían y esperan todos los días, ser adecuadamente informados, y
por tanto, con mayor razón, quienes deberían pronunciarse frente al trabajo de
los periodistas. Y agreguemos que cuando
se lograra que también se procediera de esta manera, se tendría el invaluable
aporte de quienes, como destinatarios del trabajo periodístico, tienen una
visión más independiente de la tarea profesional.
Precisamente, lo antes dicho, nos sirve de fundamento para complementar
esta reflexión, a propósito el gran escándelo que se ha conocido en la policía nacional,
que tiene varios aspectos y que vincula a su saliente director, general Rodolfo
Palomino y a otros militares de alto rango, con la llamada “Comunidad del
Anillo”, y que llegó a su punto más elevado, por el video que difundió la
periodista Vicky Dávila, y que también relaciona al entonces viceministro del
Interior, Carlos Ferro.
Por consiguiente, la autocrítica que proponemos para que desde nosotros
mismos cambiemos el paradigma de esta celebración, nos conduciría con toda
certeza a que, entonces, cada año, el fruto de las reflexiones produciría un
material de gran valor que enriquecería el acervo periodístico relacionado con
el comportamiento de los periodistas para bien, tanto de nosotros mismos, como
profesionales, verdaderamente comprometidos, como frente a la sociedad que,
finalmente, reconocería en su justa dimensión, las transformaciones positivas
que viviríamos.
No obstante, somos conscientes de que esta propuesta, por el momento,
parecerá salida de tono. Sin embargo, es el comienzo de un gran proceso, que
esperamos apreciar y valorar muy positivamente, en un futuro muy cercano. Por
el momento, planteamos la idea, de manera que ella vaya generando
conversaciones, debates, intercambio de opiniones y modificación de
comportamientos. También en la academia debe empezarse a dialogar sobre la
materia, porque con seguridad, desde allí, habrá diversas posturas y muchos
aportes. Lo mismo le corresponde hacer a las agremiaciones, a los propios
medios de comunicación, a los directores y a los periodistas. Y en ese
recorrido se llegará a otras agremiaciones profesionales que tienen bastante
qué decirnos.
Abrimos, pues, la puerta para que poco a poco se conozcan ideas,
sugerencias, contrapropuestas y, en general, se despierte el interés para que
las venideras celebraciones del día clásico del periodista, sea de un contenido
distinto al que tenemos hasta ahora. Por tanto, ¡manos a la obra!
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