domingo, 10 de noviembre de 2013


EL DIFÍCIL EJERCICIO DE INTERPRETAR EL SENTIDO DE LAS PALABRAS CUANDO SE ANALIZA UN TEXTO

Con motivo del acuerdo en el tema sobre participación política, entre los negociadores del gobierno colombiano y los delegados de la guerrilla de las FARC en La Habana, Cuba, hemos escuchado distintas interpretaciones del documento conocido la semana que termina. Por ejemplo, en cuanto a la llamada circunscripción especial temporal para la elección de representantes a la Cámara, por las regiones que más han sufrido los rigores de la violencia, algunas voces dicen que son las curules para la guerrilla. Los voceros del gobierno argumentan que esa no es la verdad, pues, lo que se pretende es lograr que sean las organizaciones de esas regiones, sean de campesinos, de mujeres, de movimientos sociales y, en general, que sean las expresiones de dichos lugares, las que tengan sus propios candidatos. Una tercera opinión, asegura que la guerrilla no es querida en esas regiones y, por tanto, no podria pensarse que esa agrupación alcance una votación considerable.


Por lo antes expresado, podemos afirmar que cada opinión tiene sus argumentos para exponer, según como entienda los términos de un texto y explicar su punto de vista. Lo esencial de este ejercicio intelectual nos lleva a que frente a los documentos, siempre, éstos, deben leerse con sumo cuidado, para luego manifestar cómo los entendemos. Agrego que como diría uno de mis profesores, salvo mejor punto de vista, mantengo mi posición.


También es importante decir que al escribir, las ideas deben quedar redactadas en un lenguaje claro, concreto y pertinente a cada asunto, con el fin de evitar que surjan diversas interpretaciones, algunas hasta poco cercanas al espíritu del mensaje que se quiere transmitir.


Por consiguiente, estamos ante situaciones que se presentan todos los días y, especialmente, desde los medios de comunicación, cuando el profesional que comunica, no entiende cabalmente lo que le expresa la fuente y en estos casos, no insiste en aclarar la parte oscura o ambigua para poder luego, poner en conocimiento de los demás, un mensaje claro y comprensivo.


Lo anterior nos convoca a una reflexión muy seria y cuidadosa para enterarnos bien del contenido del mensaje de quien nos proporciona la información, para que después, la podemos transmitir con la mayor fidelidad posible al destinatario.


Agregamos otro caso muy común y que se origina en los comunicados que expiden las altas cortes que administran justicia. Por ejemplo, la Corte Constitucional anuncia el sentido de un fallo, pero como éste se refiere a un asunto muy extenso, como ahora, cuando examina el proyecto de ley estatutaria sobre la salud, el contenido del comunicado es insuficiente para abarcar todas las decisiones que se tomaron. Por eso, el comunicado, en la mayoría de las veces, antes que ilustrar bien, crea más dudas y preguntas. Por ello, más que comunicados, es necesario conocer toda la sentencia para examinarla con especial rigor y luego poder decir cuál es el alcance y los efectos de la misma. En síntesis, necesitamos más ilustración para informar siempre mejor y con la mayor calidad académica, como es nuestro compromiso y deber frente al derecho de los demás de ser adecuadamente informados.

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