martes, 22 de mayo de 2012


INSISTENCIA PARA RESPETAR EL DERECHO A LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN


Aunque parezca un actitud de repetición innecesaria, no nos cansaremos de alzar la voz contra todo acto irraccional, instransigente y violento que atente contra el derecho fundamental a la libertad de expresión, sin importar quién es la persona o quiénes son los que lo estén promoviendo, porque no podemos admitir actitudes que siempre hemos rechazado.

Porque quien se atreve a manifestar su punto de vista, su concepción, su crítica, su manera particular de entender y de juzgar los hechos y las ideas, o cualquiera que sea la postura que asuma y exprese frente a las decisiones de las autoridades o ante los actos de los particulares que tengan resonancia pública, todos los demás, sin excepción alguna, estamos en el deber de respetar el ejercicio de tan esencial derecho en una sociedad democrática, como es el correspondiente a la libertad de expresión.

Tal respecto implica no ser violento ni física, ni verbalmente. Ni físicamente, porque la fuerza no puede sustituir el razonamiento, que tiene como base la argumentación. Ni tampoco puede ser violencia verbal porque ésta, es un atentado contra la dignidad de la persona contra quien la ejercemos y afecta el patrimonio moral del otro.

Por tanto, lo sucedido el martes 15 de mayo de 2012, contra el abogado Fernando Londoño Hoyos, cuya atentado violento le costó la vida a dos de sus escoltas, dejó heridas a varias personas y produjo daños en varios bienes materiales, será repudiado por quienes seguimos fieles a la utopía del respeto por el otro, sobre todo, porque el otro, sin importar quién sea, porque siempre será una persona digna del reconocimiento de su ser, de su dignidad, de sus derechos, entre ellos, el derecho a la libertad de expresión, que es en una democracia, un derecho que tendrá prevalencia, después del derecho a la vida, sobre todos los demás.

Desde este modesto blog, que tiene como gran propósito, la defensa del derecho a la información, que puede considerarse como el desarrollo supremo del derecho a la libertad de expresión, porque nos integra a todos, como la forma de desarrollar el proceso informativo, que corresponde a la sociedad de la deliberación, a la sociedad del diálogo permanente, a la sociedad que jamás renuncia a sus derechos, dejamos constancia vehemente, tanto del acto bárbaro del martes 15 de mayo de 2012, como de cualquier acto, muchas veces, ejecutado por miembros de la autoridad, que abusan de su poder y violan los derechos del otro, que es nuestro vecino, nuestro interlocutor, nuestro contradictor, y que por consiguiente, es una persona que participa activamente de la sociedad de las libertades públicas, como insistemos, es la nuestra, y por cuyos postulados siempre lucharemos con la única arma que tenemos, que es la pluma, porque aunque en principio puede ser afectada, al final, ella triunfará sobre la espada.








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