lunes, 2 de agosto de 2010

Dos fechas que celebramos los periodistas

En Colombia, los periodistas y también los comunicadores, tenemos dos fechas importantes para celebrar la importancia de nuestra profesión. La primera, conocida como la fecha clásica, es el 9 de febrero, de cada año, establecida por la Ley 51 de 1975, como un homenaje "al padre de nuestro periodismo, Manuel del Socorro Rodríguez". A pesar de que dicha norma fue declarada inexequible por la Corte Constitucional en 1998, las distintas agremiaciones continúan con esta celebración que tuvimos por 23 años. La segunda conmemoración es el 4 de agosto de cada año, como lo dispone la Ley 1016 de 2006. En esta oportunidad, es en honor del "precursor de la independencia, Antonio Nariño", autor de varios periódicos, entre ellos, La Bagatela, de un contenido bastante político.

No obstante, en ambas fechas, más que reuniones sociales, lo que debemos hacer todos los colegas, es reunirnos en actos académicos para hablar, reflexionar y debatir sobre temas que siempre tienen trascendencia en la vida profesional. Y tomar decisiones y cumplirlas para no pasar de un simple encuentro. Por ejemplo, empezar por cambiar la Ley 1016 de 2006, porque se promulgó con meros propósitos declarativos. Es decir, se queda en ese mero enunciado. En otras palabras, es como un saludo a la bandera, sin efectos de ninguna naturaleza. Pero podríamos ir más allá, como luchar porque tengamos una buena ley estatutaria que desarrolle, suficientemente, el artículo 20 de la Constitución Política que, en esencia, su contenido hace el tránsito de la formulación del clásico derecho a la libertad de expresión -derecho individualista- al derecho a la información -derecho universalista-.

Y, un gran punto esencial de referencia, consiste en que en la nueva norma, se exprese de manera clara, concreta y concisa, el alcance del proceso informativo, que es la forma universal como vivimos en la actual sociedad, llamada también la sociedad de la información o la sociedad del conocimiento, siempre y cuando estemos en un régimen democrático.

Porque necesitamos tener claro que todos los seremos humanos participamos en el proceso informativo. Que también lo hacen los profesionales del periodismo y de las comunicaciones, y los empresarios de los medios de comunicación, que éstos transmiten o difunden distintos mensajes y que deben ser respetuosos de los derechos ajenos, y que cuando abusen del gran poder que tienen en sus manos, interviene el Estado, con sus órganos garantistas.

En síntesis, ojalá este año 2010, nos permita pensar en que estamos urgidos de leyes, pero que sean realmente eficaces para regular un asunto tan vital en nuestra sociedad. Si así ocurre, estamos empezando a orientarnos por la ruta indicada.

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