lunes, 14 de febrero de 2011

Reflexionar, después de las fiestas

Como dijimos la semana pasada, casi todos los días hubo actos sociales, académicos, culturales y homenajes para celebrar el "Día Clásico del Periodista Colombiano". Pasados estos momentos, es la ocasión propicia para reflexionar sobre las funciones del periodismo y, por tanto, de los periodistas y de su tarea, que se difunde por los medios de comunicación. Es preciso recordar que para autores recientes, una tarea esencial la constituye el ser "el perro guardián de la democracia", por cuanto, el clásico "cuarto poder" de los medios de comunicación, ya ha desplazado a los tres otros tres poderes, para ocupar el primer puesto.

Por consiguiente, si se trata de una tarea que compromete todo el ejercicio del periodismo, con mayor razón, es válida la sugerencia de hacer una reflexión sobre los compromisos que se tienen frente a la sociedad. Sobre todo, porque en nuestro medio, los acontecimientos que son noticias, son abundantes y hasta reiterativos.

Por ejemplo, ayer domingo, 13 de febrero, gran parte de los medios sonoros y audiovisuales y, hoy, lunes 14, los impresos, destacaron la fallida liberación de dos secuestrados por el grupo insurgente, FARC. A su alrededor, se escucharon opiniones de diversos voceros de distintas corrientes políticas. Casi fue unánime la solicitud de no suspender este proceso humanitario. Tal situación, con toda seguridad, es un excelente punto de referencia para nuestra reflexión.

Partimos de la necesidad de defender los derechos fundamentales, como un gran deber del "primer poder", empezando por el derecho a la vida y los demás, que se derivan de su goce. Seguramente, además de informarse, también será necesario expresar juicios de valor. Pero en su conjunto,y sin dejar de desconocer que se trata de una situación que puede dar lugar para varias interpretaciones, por encima de éstas, que son plurales y diversas, necesitamos rescatar la solicitud de seguir insistiendo porque se logren estas liberaciones y, que ojalá, sigan otras y sea una cadena de actos positivos, a pesar de las dificultades transitorias, para orientarnos hacia los pasos que deben darse, siempre encaminados a la búsqueda de la anhelada y utópica paz, de manera que poco a poco, estemos viendo realidades.

Con esta mera insinuación, por esta semana, la reflexión podría ser en torno al derecho a la vida, pero extendido a todos los colombianos. Por ejemplo, sólo a título enunciativo, son muchos los sectores de colombianos, que claman porque se les respete el derecho a la vida, entre ellos, los desplazados, tanto del campo a la ciudad, como entre los barrios de la ciudad; los campesinos que siguen luchando porque les devuelvan la tierra; los trabajadores informales; los enfermos terminales ... la lista se podría ampliar.

La reflexión se convierte en una acción concreta, cuando denunciamos los atropellos a los derechos humanos, sin importar quién los ejecuta. Cuando pedimos y exigimos respeto al derecho a la vida. Cuando somos solidarios con las víctimas de los atropellos a sus derechos. Cuando informamos, constantemente y hacemos seguimientos a los actos de los gobernantes, que buscan castigar a los violadores. En otras palabras, no bajar la guardia en la defensa de los derechos fundamentales, porque unos de ellos, que complementa las tareas antes citadas, es precisamente, posibilitar que la sociedad satisfaga el derecho fundamental a ser bien informada, como uno de nuestras grandes deberes.

Por eso, participamos en las fiestas, pero sin olvidarnos de la misión que, voluntariamente, hemos adquirido y cumplimos fielmente.

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