lunes, 24 de noviembre de 2025

 

DOS ACONTECIMIENTOS QUE NUNCA SE OLVIDARÁN

Con nuestro dolor permanente, diremos que tendremos siempre dos acontecimientos, muy dolorosos, en nuestra historia, que nunca se olvidarán. Y las razones para estas afirmaciones tienen como soporte, la pérdida de muchas vidas de seres humanos, que podrían haberse evitado. Nos referimos en concreto a los días 6 y 7, y 13 noviembre del año 1985, cuando ocurrió la toma del Palacio de Justicia y luego la retoma, y la avalancha que sepultó, casi en su totalidad, al municipio de Armero, en el departamento del Tolima.

Y nos ayudan a reforzar los argumentos antes expresados, la misión tan importante que cumplieron los medios de comunicación, como era y será siempre su deber, para narrar los hechos, prestar la ayuda que se requería y orientar a todo el mundo sobre qué hacer y qué aportar en el camino, tanto de afrontar la situación, como de contribuir con el esfuerzo de todos, para que poco a poco se lograra superar los momentos tan difíciles que se vivían.

Respeto a la toma del Palacio de Justicia, no nos proponemos hacer un juicio, pues es mucha la documentación que se tiene recopilada, difundida y analizada. No tenemos nada que agregar. Sin embargo, la muerte violenta de varios magistrados y la desaparición de personas que se hallaban en diligencias, son acontecimientos que serán lamentados en cada nueva fecha de recordación. Obviamente, unida a la llamada operación de retoma del Palacio de Justicia, que fue una acción militar, que puede decirse que fue tan violenta como la misma toma del edificio. Por eso, en el mundo entero, se invoca que no haya violencia, como fórmula para resolver las distintas y las variadas formas de violencia.

En Colombia, infortunadamente, hemos tenido mucha violencia. Basta con examinar épocas tan remotas, desde el descubrimiento, la conquista, el sometimiento, la independencia y los años siguientes, que cada vez son pruebas de las distintas modalidades de violencia, originadas en conflictos, por ejemplo, por la tierra, por el poder, por las creencias religiosas, por los partidos políticos y actualmente, por el negocio de la droga.

El segundo hecho que lamentamos fue el desastre de la naturaleza que acabó, como ya dijimos, con el municipio de Armero, en el departamento del Tolima. Más  25 mil personas enterradas, fuera de animales, edificaciones, rescatados, como niños, que nunca volvieron donde sus padres. En fin, podríamos mencionar todas las consecuencias de este hecho de la naturaleza. Pero al final, tanto éste, como la toma y la retoma del Palacio de Justicia, son acontecimientos que nunca olvidaremos.