LUTO EN EL PERIODISMO
COLOMBIANO
Gran parte de la historia
de nuestra nación está en sus libros y en sus actividades periodísticas.
Empezamos por recordarlo por el programa “Enviado Especial”, que empezó en 1962
y del que se emitieron 1018 capítulos, de media hora cada uno, y que por muchos
años nos mostró y nos contó los sucesos, las vivencias, los problemas y demás
situaciones de las regiones, de las fronteras de nuestra gran geografía, lo
mismo que acerca de los personajes, algunos de ellos, hasta exóticos. De temas
tan complejos como el narcotráfico, la guerrilla, los paramilitares, la
brujería, la hechicería, la tierra, los baldíos, el contrabando, los migrantes.
Esa es la pluralidad, la diversidad y las contracciones de Colombia.
Acerca de sus libros, que
suman 34, recordamos con nostalgia, su primera obra, llamada “Colombia amarga”,
cuya narrativa desgarradora por la forma como contaba una realidad,
aparentemente, invisible, nos conmovió a quienes tuvimos la fortuna de leerla,
porque la misma constituía una especie de abrebocas para anunciar el contenido
de las siguientes obras.
Precisamente, como lo
dijo él: “Más del 90% de mis libros han salido de titulares de prensa y
televisión, como La muerte de Giaccomo Turra, Karina y mi alma se la dejo al
diablo, historia que salió de una fotografía de El País, de Cali, y en la que
duré cuatro años de investigación, porque buscar la gente en la selva es
difícil”, recordó en aquel entonces, como lo afirma el periódico El Colombiano,
en la página 24 de la edición de este viernes 16 de julio de 2021.
Aunque sea en forma muy
breve, nos cuenta el periódico El Tiempo, también de este viernes 16 de julio,
que “Castro Caicedo decía que su pasión por la crónica la comenzó a los 14
años, cuando leyó a los cronistas de EL TIEMPO y El Espectador de esa época.
´Gente como Camilo López y Germán Pinzón. Esos ´monstruos´ lo llevaban a uno
prácticamente de la mano por todo el país. Luego empecé a estudiar. Descubrí
que tenemos un legado de quinientos años de crónica en Colombia. Comenzó con
los cronistas de Indias, que vinieron con los conquistadores españoles. América
nació al mundo gracias a ellos y esta tradición se mantuvo en las nuevas
colonias. En Colombia la crónica se catapultó en los años 80 y 90. Yo vengo de
esta época”, recordaba.
En síntesis, German
Castro Caicedo fue una pluma que jamás se superará. Por eso será siempre fuente
para las actuales y las nuevas generaciones, en especial, para el periodismo de
investigación y de denuncia, porque de verdad, sí que estamos urgidos de que
haya muchos y muy buenos periodistas que se dediquen a investigar, en todos los
campos de la vida nacional, porque necesitamos conocer con certeza qué pasa,
por ejemplo, con la inversión de los recursos en obras públicas, necesarias
para las comunidades, que quedan empezadas porque dizque se ha gastado todo el
presupuesto. Luego tienen que hacerse adiciones, que se vuelven repetitivas,
pero sin que las obras concluyan y las necesidades de las comunidades aumenten
sin solución alguna. En esos casos tiene que haber denuncias.
Nos queda, entonces,
rendir un homenaje de gratitud y reconocimiento al escritor, periodistas,
investigador y gran maestro del periodismo y la literatura, Germán Castro
Caicedo.
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