LA PÓLVORA SIGUE CAUSANDO DAÑOS IRREPARABLES
Es bastante lamentable, casi podríamos decir, sin temor a equivocarnos que la gran campaña para no quemar pólvora en este fin año y principios de 2018, ha fracasado en un alto y grave porcentaje. A pesar de que con mucha anticipación, en el caso concreto de Antioquia y Medellín, se iniciaron las campañas por los distintos medios de comunicación para alertar, prevenir y rogar que no se quemara pólvora, porque la idea tan importante, que no tiene discusión alguna, consiste en evitar que personas, como son en la mayoría de las veces, los niños y los adolescentes, y algunos mayores de edad, sufrieran daños irreparables como perder órganos tan vitales como la visión, los dedos, las manos y destrozos en otras partes del cuerpo.
Sabemos que se trata de una práctica que por muchos años se repite, pero también es verdad que cada vez, las mismas víctimas, en el mismo proceso de recuperación, imploran a toda la sociedad para que no se queme pólvora porque con mucha seguridad, quienes lo hacen, se exponen a sufrir las consecuencias y pocas veces, se salvan de accidentes. También sabemos de las campañas de autoridades locales, regionales y nacionales, de las solicitudes reiteradas de los sacerdotes, de los grupos sociales, y de muchas instituciones más, que se suman a las peticiones públicas para que los padres de familias, para que los jóvenes, para que los niños y para que todo el mundo y todos, se abstengan de quemar pólvora porque los desastres son pavorosos, casi que indescriptibles por los daños que ocasiona la pólvora en las personas.
Agreguemos también, que los medios de
comunicación: periódicos, revistas, emisoras, la televisión y las tecnologías
de la información y las comunicaciones mantienen una misma posición: no a la
quema de pólvora. En otras palabras, estamos en forma decidida y constante con
todas las campañas que invitan a abstenerse de quemar pólvora. Por eso, nunca
nos cansaremos como periodistas de decir, de insistir pero nunca desistir de esta
campaña, porque la vida es solamente una y ella, por completo, debe estar
empeñada en mantenerla alejada del peligro, como es la lucha por no quemar
pólvora.
Por consiguiente, seguiremos llamando la atención
a todo el mundo para que no queme pólvora y para que cada uno de ustedes
se convierta en un nuevo promotor de esta campaña y de esa manera, estemos
sumando y multiplicando, y al mismo tiempo, restando y restando para que no haya
más quemados.
Si cada uno de nosotros repite esta campaña en la
casa, en el trabajo, con los familiares y amigos, en las reuniones sociales, en
las fiestas y en todo lugar, donde nos encontremos en grupo, con certeza que
ganaremos la batalla que hasta ahora parece perdida. ¡Ánimo!
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