lunes, 10 de mayo de 2010

¿Celebramos Día Universal de la Libertad de Expresión o de la Libertad de Prensa?

El pasado 3 de mayo, celebramos un acontecimiento de mucha trascendencia para las personas naturales, para los profesionales del periodismo y de las comunicaciones y para las empresas periodísticas y de las comunicaciones. Ampliamos la afirmación, al explicar que dicho certamen nos vincula a todas las personas naturales, porque somos los sujetos universales del proceso informativo. Se relaciona con los profesionales del periodismo y de las comunicaciones, porque ellos son los llamados sujetos cualificados del proceso informativo. También vincula a las empresas periodísticas y de comunicaciones, conocidas como los sujetos organizados del proceso informativo.
Aclaramos que el proceso informativo es la forma de vivir de la actual sociedad, que otros llaman sociedad de la información o sociedad del conocimiento. Pero en esencia, debemos hacer hincapié en que el proceso informativo se concreta y se realiza en la sociedad del presente, cuyos actos se proyectan al futuro. Es la sociedad del diálogo, de la deliberación, de la democracia participativa mediante el uso de la palabra y del respeto por los derechos ajenos. En otras palabras, es la sociedad que está relacionada con las comunicaciones en todas partes: en la familia, en el trabajo, en el estudio, en los negocios y entre ciudadanos y gobernantes.
Aunque el proceso informativo, para mayor comprensión, se compone de cinco elementos –poco a poco los conoceremos-, en esta oportunidad, sólo nos referiremos, dentro de los sujetos, al universal y al organizado, porque son los dos, los que tienen mayor conexidad, con el acontecimiento que acabamos de celebrar, el cual nos da pie para preguntar: ¿Día Universal de la Libertad de Expresión o de la Libertad de Prensa?
Conceptualmente, somos partidarios de hablar del Día Universal de la Libertad de Expresión, porque su contenido, se concreta y se aprecia con el ejercicio que hace cada persona natural de tan importante libertad, que también tiene un alto contenido de derecho. Es el derecho a la libertad de manifestar los pensamientos, las opiniones, los datos adquiridos en la vida cotidiana y, en general, de todos los mensajes que cada ser elabora, después de reflexionar, para luego, ponerlos en conocimiento de los demás.
En cambio, la Libertad de Prensa, sigue siendo un concepto decimonónico. En la actualidad, su contenido se consolidad con el ejercicio complementario de otros derechos fundamentales como el derecho a la asociación y el derecho a fundar medios de comunicación. Para hacerla realidad, los interesados aportan recursos económicos, adquieren bienes como edificios, equipos tecnológicos, trazan derroteros ideológicos, seleccionan y vinculan el personal cualificado, y el medio de comunicación nace y sale a la calle.
La celebración puede ser para ambos derechos, pero para ejercer el primero, no se necesita de tener el propio medio de comunicación. Con unos cuantos recursos económicos, es posible la difusión del mensaje. Sin embargo, la segunda libertad, que como la primera también es un derecho, es esencial en un sistema democrático para que el medio de comunicación, además de contar el acontecer, cumpla otras funciones esenciales, como la vigilar los actos de los gobernantes y defender las libertades públicas. El debate será más interesante, en la medida en que expresemos nuestros puntos de vida sobre la eficacia, tanto del Derecho a la Libertad de Expresión, como del Derecho a la Libertad de Prensa. Abrimos las puertas para la deliberación. Y, sobre todo, cuando nos hallamos en la campaña electoral para escoger en futuro presidente de la república. ¡Animémonos a pensar y a escribir!











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