lunes, 22 de febrero de 2016


INCIAMOS TAREAS DEL AÑO 2016

Con un poco de retraso, por múltiples dificultades personales, apenas iniciamos el trabajo del año 2016, con la esperanza de realizarlo de la más más fructífera posible. Por eso, renovamos los votos de mayor constancia y regularidad en los comentarios y en los cambios que, necesariamente, debemos hacer para darle regularidad y consistencia al trabajo que nos proponemos. Por tanto, luego de un corto saludo y los votos por la felicidad y prosperidad de nuestros amigos, damos el primer paso.

UNA REFLEXIÓN SOBRE LA PROFESIÓN, SU DÍA CLÁSICO Y SU COMPROMISO SOCIAL, A PROPÓSITO DEL ESCÁNDALO EN LA POLICÍA
Como es tradicional, año tras año, se repiten las ceremonias, los actos sociales, los homenajes, los almuerzos y las diversas reuniones para decir que el 9 de febrero es el Día Clásico del Periodista Colombiano, aunque la norma que así lo consagró, la Le 71 de 1975, haya sido declarada sin efectos por la Corte Constitucional, y hoy, nos rige la Ley 1016 de 2006, que cambió la fecha para el 4 de agosto, y la extendió a los Comunicadores, y le rinde honores al precursor de la independencia y traductor de los derechos del hombre y del ciudadano, Antonio Nariño.
A los distintos actos que tengan lugar, deberíamos agregar una reflexión cuidadosa y crítica sobre el significado de la profesión y su compromiso social. Porque sería la oportunidad para que hablaran, no solamente los colegas, sino que fueran más bien, los miembros de la sociedad, empezando por el ciudadano de a pie, las mujeres, los educadores, los representantes de organizaciones, en fin, que en el fondo, sea la voz del público, porque son ellos los que confían y esperan todos los días, ser adecuadamente informados, y por tanto, con mayor razón, quienes deberían pronunciarse frente al trabajo de los periodistas.  Y agreguemos que cuando se lograra que también se procediera de esta manera, se tendría el invaluable aporte de quienes, como destinatarios del trabajo periodístico, tienen una visión más independiente de la tarea profesional.
Precisamente, lo antes dicho, nos sirve de fundamento para complementar esta reflexión, a propósito el gran escándelo que se ha conocido en la policía nacional, que tiene varios aspectos y que vincula a su saliente director, general Rodolfo Palomino y a otros militares de alto rango, con la llamada “Comunidad del Anillo”, y que llegó a su punto más elevado, por el video que difundió la periodista Vicky Dávila, y que también relaciona al entonces viceministro del Interior, Carlos Ferro.  
Por consiguiente, la autocrítica que proponemos para que desde nosotros mismos cambiemos el paradigma de esta celebración, nos conduciría con toda certeza a que, entonces, cada año, el fruto de las reflexiones produciría un material de gran valor que enriquecería el acervo periodístico relacionado con el comportamiento de los periodistas para bien, tanto de nosotros mismos, como profesionales, verdaderamente comprometidos, como frente a la sociedad que, finalmente, reconocería en su justa dimensión, las transformaciones positivas que viviríamos.
No obstante, somos conscientes de que esta propuesta, por el momento, parecerá salida de tono. Sin embargo, es el comienzo de un gran proceso, que esperamos apreciar y valorar muy positivamente, en un futuro muy cercano. Por el momento, planteamos la idea, de manera que ella vaya generando conversaciones, debates, intercambio de opiniones y modificación de comportamientos. También en la academia debe empezarse a dialogar sobre la materia, porque con seguridad, desde allí, habrá diversas posturas y muchos aportes. Lo mismo le corresponde hacer a las agremiaciones, a los propios medios de comunicación, a los directores y a los periodistas. Y en ese recorrido se llegará a otras agremiaciones profesionales que tienen bastante qué decirnos.
Abrimos, pues, la puerta para que poco a poco se conozcan ideas, sugerencias, contrapropuestas y, en general, se despierte el interés para que las venideras celebraciones del día clásico del periodista, sea de un contenido distinto al que tenemos hasta ahora. Por tanto, ¡manos a la obra!