domingo, 20 de julio de 2025

 

ÚLTIMO AÑO DEL ACTUAL GOBIERNO

Dijimos el mes pasado: ¡Pausa necesaria! Ahora, deseamos que esa convocatoria, se refiera también al último año del actual gobierno. ¡Sí, del actual gobierno! Y lo decimos por muchas razones, ya que es determinante que todos los actos del actual gobierno, tendrán efectos en la vida de toda Colombia. Y todos sabemos que vivimos y viviremos un año calendario, desde el domingo 20 de julio de 2025 hasta la segunda vuelta presidencial que será el domingo 21 de junio de 2026, que será un año muy difícil.

Por consiguiente, deberíamos tener la esperanza de que todas las iniciativas del presidente Gustavo Petro, estén inspiradas en el bien común y que, en la práctica, sean propuestas realizables y no meras utopías, como las muchas que se han quedado en meras proclamas. Y, sobre todo, que frente a problemas tan graves y estructurales como la salud, tales iniciativas sí estén orientadas a trazar procesos que en el tiempo sean posibles y que, al mismo tiempo, vayan superando obstáculos. Ese debe ser el plan que se proponga, con veeduría, controles y evaluaciones periódicas para corregir los errores que se presenten.

Proyectos concebidos como la sugerencia que acabamos de formular, enriquecido con medios que permitan la participación eficaz de la ciudadanía y sobre todo, de aquella que tenga más relación con el contenido específico de cada proyecto, podría ser una alternativa, encaminada a hacerle frente a los muchos asuntos que constituyen problemas que padecemos por bastantes años y que siguen acumulándose y generando más conflictos.

Nos haríamos sumamente extensos si citamos algunas situaciones, como las sociales, las económicas, las políticas, las educativas, las científicas, las técnicas y las tecnológicas, que podrían ser objeto de un ambicioso plan de gobierno que, como dijeron otros, sea con el fin de “cerrar la brecha” y nos quedamos con el mera enunciado.

Pero también es la hora de llamar la atención a los políticos aspirantes al senado y a la cámara de representantes y a los precandidatos y candidatos a la presidencia de la república, que formulen planes de gobierno, que sean pertinentes y realistas, y que de los mismo, haya muchísimo debate, pero con gran participación de organizaciones serias, de universidades, de centros de estudio, de medios de comunicación y de otras entidades que quieran hacerlo, de manera que esas iniciativas no sean más demagogia sino soluciones posibles y necesarias para cada tema, para cada región y para toda Colombia.