lunes, 6 de noviembre de 2017

REFLEXIONES SOBRE EL FORO: NOTICIAS FALSAS

Como estaba previsto, el miércoles primero de noviembre de 2017, se llevó a cabo el Foro: Noticias falsas. El gran reto del periodismo actual. Por eso, después de escuchar a los conferencistas, tanto nacionales como a los internacionales, nos quedan muchas reflexiones, todas aplicadas a Colombia, especialmente, frente a hechos de tanta trascendencia como el proceso de paz y las próximas elecciones para congreso y presidente de la república, y en el centro de todas las noticias están, obviamente, los medios de comunicación y su figura esencial, que es el periodista.

Un aspecto que en los momentos presentes tiene también una gran relación con las noticias, y sobre todo, con el reclamo de que sean siempre verdaderas, es el alusivo a las redes sociales y a la participación del público, o sea, de quien quiera, sin control alguno. En ese sentido, quedó claro que las redes sociales mueven muchísimos mensajes, entre ellos, lo que tienen que ver con los acontecimientos que generan noticias. En este caso, asimismo, quedó claro que muchas de la información sobre noticias, en la mayoría de las veces es falsa, incompleta, sin confirmación y casi siempre, afectan a las personas que originan tales noticias, porque sus derechos personalísimos son afectados sin que se logre rectificar y aclarar en forma oportuna y amplia y con los mismos efectos del primer mensaje.  

De allí, que los periodistas serios y los medios en los cuales trabajan, prefieren, primero confirmar y si es del caso informar después y no ser los primeros en informar y en seguida, tener que rectificar, porque tal conducta, le resta credibilidad y confianza en el público receptor. Precisamente, frente al valor confianza, se dijo que muchas personas, una inmensa mayoría, no tiene confianza en los medios de comunicación, porque consideran que no están diciendo la verdad. Igualmente, porque no están comprometidos con investigar profundamente antes de contar lo que sucede en la sociedad.

Por ello, la falta de rigor en los mensajes que recibe la sociedad, crea una confusión en la gente que le impide poder tomar decisiones claras, concretas y ceñidas a la verdad. Por ejemplo, en las elecciones en Inglaterra, el caso de Brexit, y las elecciones presidenciales en Estados Unidos, y en Colombia, sobre el contenido de los Acuerdos de la Habana, que fue la negociación del gobierno con el grupo guerrilla de las farc, se dijo con mucha insistencia que los medios de comunicación, al informar de manera más emotiva en los titulares que con contenidos bien ilustrativos, contribuyeron a que se votara con la emoción transitoria y no con el espíritu de un entendimiento, lo suficientemente concreto. Por consiguiente, los resultados no fueron la expresión consciente de los votantes. En Inglaterra, sufragó gente joven, que no entendieron el alcance de su decisión y el significa de la separación de la Unión Europea. En Estados Unidos, se votó por un candidato que carecería de propuestas encaminadas a consolidar la democracia y en cambio, sus iniciativas eran racistas y de odio por los extranjeros. Y en Colombia, los mensajes para votar los Acuerdos de la Habana, fueron mensajes llenos de odio, de rabia, de rechazo a una posible entrega a la guerrilla y a la implantación de un régimen castro-chavista. Por eso, los votantes negaron la aprobación de tales acuerdos.

Por tanto, necesitamos, no solamente replantear el quehacer periodístico, que incluye el trabajo del periodista y la posición del medio de comunicación para asumir posiciones informativas frente a tanto acontecer local, nacional e internacional, que estén siempre ceñidas a la verdad, complementadas con la debida diligencia del periodista, en búsqueda de la confirmación de la noticia, de su verificación y contrastación otras fuentes, ojalá de origen diversos y plurales, para tener seguridad de que se ha hecho el mejor trabajo en bien de la verdad y de la sociedad.


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