domingo, 27 de agosto de 2017

NO SE DESTIENE LA CENSURA EN VENEZUELA

Parece que ya no fuera noticia contar que la censura no se detiene en Venezuela. Esta semana pasada, el régimen sacó el aire a las cadenas de televisión colombianas CARACOL y RCN. De esta manera, el pueblo de Venezuela no tendrá otra opción internacional para saber qué pasa en el mundo y, sobre todo, para enterarse de lo que sucede en su propio territorio, porque los pocos medios que subsisten, no podrán informar con amplias libertades porque con seguridad, al día siguiente estarán cerrados por la censura que no tenemos palabras para calificarla.

Es una situación que impide que se conozca la verdad y sobre ella, se pueda contar y opinar, pues, no se tiene certeza hasta dónde irá el régimen. Precisamente, sobre la Asamblea Nacional Constituyente, desconocida por varios países latinoamericano, la Organización de Estados Americanos y la Unión Europea, que se declaró soberana y poseedora de todos los poderes y sin control alguno, no puede esperarse que tenga soluciones para los graves problemas sociales, económicos, de salud, de alimentos, de seguridad y de derechos humanos que están viviendo los hermanos venezolanos. Y, sobre todo, que como no se está en un verdadero Estado de Derecho, democrático y garantista, no habrá manera alguna de hacerle frente a los atropellos de los gobernantes y de las fuerzas armadas que hacen lo que quieren para impedir y reprimir las manifestaciones públicas. Ya son más de 125 asesinatos en las movilizaciones en todo el territorio. No se vislumbra alguna disminución del accionar de las fuerzas armadas.

Sobre los desplazados, es otra situación que no se detiene, ni tendrá fin, ni solución, porque los venezolanos prefieren salir de su país y buscar refugio en el exterior, porque en su propia nación no tienen las mínimas garantías para trabajar y vivir tranquilos con sus familias. 

En fin, nos haríamos extensos si examináramos otras situaciones que siguen afectando a un país, que en otrora, gozó de condiciones distintas y más favorables para llevar una vida digna y tranquila. Muchos han perdido sus bienes, conseguidos conel duro trabajo de muchos años. Ahora, sin nada y sin futuro, no saben qué camino coger.

Asimismo, son muchos los extranjeros, entre ellos, los colombianos que han huido en busca de rehacer sus vidas. Pero han debido salir, con el mero equipaje de mano y lo poco que llevan vestido. Por ejemplo, en las zonas de frontera de Colombia, están muchas personas, que viven en forma transitoria, con la ayuda de las autoridades locales y organizaciones humanitarias,  pero saben que no pueden seguir en tales circunstancias y desean tener pronto un trabajo, una vivienda, educación y salud para sus familiares. Este es un reto tan grande que no sabe todavía cómo resolverlo.

Por eso, si a todo lo anterior le agregamos la censura, quiere decir que nos hallamos ante un país que no tiene futuro, porque el presente es tan incierto, que no sabemos hasta dónde llegará la Asamblea Nacional Constituyente y, sin atrevernos a predecir qué acontecimientos se avecinan. Casi que podríamos repetir la expresión popular que dice: ¡apague y vámonos!



domingo, 13 de agosto de 2017

LA TRISTE DESPEDIDA DE LA CADENA RADIAL TODELAR

Este domingo 13 de agosto, nos llega la triste noticia de la despedida de la cadena radial TODELAR. Esta es la corta historia de su existencia: "El 31 de julio de 1953, en Cali, los hermanos Bernardo y Jaime Tobón de la Roche fundaron la emisora con el acrónimo de sus apellidos, Todelar, con una programación inédita: música alternada con noticias. ´Nuestra señal se extendió de Cali a Buga, Palmira, Tuluá y Cartago´, recuerda Bernardo Tobón Martínez sobre el crecimiento inicial de la obra de su padre".  

A partir de aquella lejana fecha, son muchos los acontecimientos que han tenido lugar en aquellas poblaciones donde se extendía la naciente cadena, lo mismo que en el departamento del Valle del Cauca, en el resto de Colombia y en el mundo. Y la cadena Todelar se ocupaba de contar las noticias y de ser una escuela para las futuras generaciones de periodistas. Recordemos que entonces, se vivía una dura censura contra los medios de comunicación. Además, nos hallábamos en medio de una violencia política, cuyas consecuencias todavía las estamos viviendo y tratando de superar, que ojalá sea así, con los acuerdos de La Habana, y los próximos con el otro grupo insurgente, Ejército de Liberación Nacional, que dialoga en la ciudad de Quito, Ecuador.

Sobre la radio en Colombia y su valioso papel, como medio de comunicación que ha tenido grandes transformaciones tecnológicas y de contenido, para bien de la sociedad, es mucho, bastante lo que se podría decir. Porque su aporte para las comunicaciones instantáneas y su capacidad de llegar a todas partes, y en el mismo momento en que se suceden los hechos, es, si se pudiera decir, un logro que cada día se consolida más y ya la cobertura es universal y en tiempo real.

Igualmente, sobre las innovaciones y desarrollos de nuevos contenidos, también es mucho lo que habría que decir, porque tanto TODELAR, como las demás emisoras y cadenas radiales, se han inventado nuevas formas de contar y recrear la realidad. Y asimismo, de estar atentas a los acontecimientos en los distintos campos de la vida, porque tanto la noticia, como otros acontecimientos que hacen parte del diario vivir, tienen trascendencia y efectos positivos en la vida de los colombianos y deben ser conocidos por el mayor número posible de personas.

En fin, desde nuestra perspectiva del derecho a la información es una pérdida muy dolorosa que ya la cadena TODELAR deje de funcionar porque es un medio que se apaga y una posibilidad menos de contar con quien ha estado pendiente de lo sucede en nuestro medido para contarlo, y sobre todo, en el momento presente, cuando tenemos sucesos en forma permanente y muchos de ellos, se convierten en noticias y material para otros programas como los de opinión, de música, de humor, de relaciones interinstitucionales. En fin, una voz que se extingue en medio de tantas necesidades. Ojalá pronto haya quien llene este vacío para bien de Colombia.