domingo, 27 de noviembre de 2016


LOS DELITOS DE INJURIA Y CALUMNIA Y LA NUEVA LEY DE PEQUEÑAS CAUSAS

En los próximos días conoceremos la nueva ley sobre pequeñas causas o delitos menores, que pretende evitar que ciertos asuntos tengan un trámite dispendioso y extenso ante los jueces correspondientes y, como una forma de agilizar los procesos, la norma que pronto conoceremos, pretende, además de descongestionar los despachos judiciales, que los futuros procesos sean más rápidos y ojalá, muy eficaces, entendido en el buen sentido de la pronta y cumplida administración de justicia.

Un campo que tiene mucha relación con la actividad periodística es, precisamente, el que tiene que ver con los delitos contra el patrimonio moral, como son los delitos de injuria y calumnia. Primero y para una mayor ilustración, debemos recordar en qué consisten estos delitos. El de injuria, consiste en hacer imputaciones deshonrosas a una persona determinada. El de calumnia, consiste en imputar, falsamente a una persona determinada, la comisión de un delito.

Sobre ambos, es abundante la jurisprudencia que existe. Incluso se ha propuesto que pierdan el carácter de delitos y se conviertan simplemente en conductas sancionables económicamente. Y son muchas las razones para sugerir estos cambios. Porque en el caso de injurias, hoy, es bastante complicado demostrar cuándo una palabra tiene la carga y el contenido de una expresión que sea deshonrosa y qué se entiende por deshonrosa, porque con el transcurso del tiempo, las palabras amplían y hasta cambian el significado tradicional. 

Sin embargo, sobre el tema de los delitos de injuria y calumnia, consideramos que es la oportunidad para hacer un gran debate y, sobre todo, para profundizar más si deben mantener tal carácter o, si por el contrario, es hora de que la reforma sea más de fondo. Pero para al menos tener mayor ilustración, como lo acabamos de expresar, deberíamos hacer una deliberación muy amplia, de manera que las conclusiones permitan orientar mejor a los legisladores. Por tanto, no perdamos esta oportunidad y que sean las agremiaciones profesionales, la academia, los jueces, los investigadores, los medios de comunicación y los propios periodistas, quienes impulsemos esta idea, con la certeza de que podemos contribuir y bastante para que continuemos despejando el camino hacia el futuro. 

Por consiguiente, desde este portal, iniciamos la convocatoria, y esperamos que poco a poco, sumemos aportes para que la propuesta no quede en el aire, como pasa con tantos de buenos proyectos que se quedan en mero entusiasmo, a pesar de que bien vale la pena, hacer un esfuerzo y participar en este llamamiento.

Abrimos la puerta y seguiremos insistiendo porque es la única manera de hacer realidad, estas sugerencias que, finalmente, son de mucha trascendencia y permanecen quietas. 


 

lunes, 14 de noviembre de 2016

PREMIO NACIONAL DE PERIODISMO SIMÓN BOLÍVAR 2016



PREMIO NACIONAL DE PERIODISMO SIMÓN BOLÍVAR 2016


Como es costumbre, cada año, por esta época, conocemos los ganadores del PREMIO NACIONAL DE PERIODISMO SIMÓN BOLÍVAR, que se ha constituido en un gran estímulo para honrar y exaltar a quienes, con vocación, entrega y abnegación, han sobresalido por sus trabajos periodísticos que dejan huella en la vida nacional. Todos los ganadores merecen comentarios independientes porque sabemos que son dignos de emular y es una tarea a la que nos deberíamos comprometer todos los periodistas y medios de comunicación para expresar nuestra solidaridad y reconocimiento, aunque por razones de contacto, debería ser una tarea de organizaciones profesionales y medios de comunicación.

Por lo anterior, en esta ocasión, queremos referirnos a la distinción a la vida y obra del periodista ALFREDO MOLANO BRAVO. Casi que sobran las palabras para decir quién es y por qué sus aportes son tan valiosísimos, que con citar solamente sus obras, bastaría, porque en ellas, está el trabajo serio, que siempre parte de una investigación rigurosa y la desarrolla con todas las personas y los factores que tienen relación con la misma. Y, además, cuenta con la honradez intelectual de quien sabe que sus contribuciones van a ser examinadas por otros investigadores, estudiantes, profesores, entidades académicas y, en fin, es la larga la lista de sus destinatarios. Pero sobre todo, porque en las dichas obras, encontraremos parte esencial de nuestra historia, o como dirían otros estudiosos, la otra historia, la historia no oficial, la historia que escriben, quienes tienen otra forma de mirar, de averiguar, de confrontar, de juzgar, de valorar, de contar cuáles son los resultados de sus investigaciones.

Y desde esa perspectiva de la investigación, sí que está urgida y lo estará siempre nuestra actividad periodística, porque ésta no puede limitarse, como sucede en la mayoría de las veces, a contar, casi siempre, en forma superficial, el quehacer noticioso cotidiano. Porque en muchos casos, ese quehacer no tiene relación con los verdaderos hechos de trascendencia que sí son noticias y que tienen impacto en la sociedad, sino que son hechos desligados de los asuntos que tienen efectos en nuestra sociedad, que para nada interesan.

Por consiguiente, esta es la ocasión propicia para que reflexionemos sobre el compromiso social que tenemos y que sean los colegas que hoy han recibido la distinción, quienes nos acompañen en una cruzada nacional encaminada, así sea aún muy poco todavía, a una tarea que insista en que el buen periodismo tiene que investigar profundamente sobre los acontecimientos que por su importancia son noticia, pero sin quedarnos en el mero registro, sino que indaguemos hasta el máximo para que el país, a lo largo y ancho, no solamente sea informado, sino que siempre le cuenten toda la historia, porque ella es parte de nuestro diario vivir, como lo ha hecho ALFREDO MOLANO BRAVO, porque si no es así, seguiremos viviendo un mundo de noticias que se limitan a decir qué está pasando pero sin saber por qué, quiénes intervienen, qué hacen las autoridades, qué medidas se toman para prevenir situaciones graves, y mañana, nos hemos olvidado de los sucesos, cuyos efectos, con seguridad a todos tocará asumir, así sea en forma subliminal.