domingo, 28 de agosto de 2016


MEDIOS IMPRESOS DIFUNDEN EL ACUERDO FINAL PARA LA PAZ

Como un gesto que constituye un acto del deber profesional cumplido, los diarios de Colombia, hasta donde estamos enterados, publicaron completo el Acuerdo Final para la Paz. Se trata de un documento de 297 páginas, que deben ser leídas en forma cuidadosa, para entender su contenido, su espíritu, su alcance, sus efectos y, en fin, porque es la guía para un largo proceso al cual, ojalá, ni un solo colombiano quede por fuera.  El sumario del mismo, comprende seis puntos, que son los siguientes: 1. Reforma Rural Integral. Hacia un nuevo campo colombiano. 2. Participación Política. Apertura Democrática para construir la paz. 3. Cese al fuego y reincorporación. Fin del conflicto. 4. Drogas Ilícitas. Solución al problema de drogas ilícitas. 5. Víctimas y Justicia. Acuerdo sobre las víctimas del conflicto. 6. Verificación y refrendación. Implementación.

Tenemos, pues, en nuestras manos, el documento que necesitamos. Agreguemos que también algunos medios incluyeron publicaciones complementarias, como ayudas pedagógicas, lo mismo que entrevistas con miembros de las delegaciones y otras personas, con suficiente autoridad para hablar de un asunto que estará en la mesa de las conversaciones cotidianas durante un tiempo considerable porque no nos podemos oponer a los hechos que están por venir. Por ejemplo, el presidente de la república ya anunció que el domingo 2 de octubre, será la fecha para la realización del plebiscito, certamen democrático al cual debemos llegar ampliamente ilustrados porque es la única manera de poder tomar la decisión que nos parezca, pero porque estamos ilustrados para hacerlo.

Igualmente, serán otras instituciones competentes académica e intelectualmente, quienes tienen el deber de promover debates, conversaciones, diálogos, discusiones, consultas y, en general, todo tipo de actividades que permitan profundizar más sobre el significado presente y futuro de este Acuerdo, porque tiene repercusiones en el presente y en el futuro inmediato y, seguramente, por mucho tiempo más, sobre todo, porque las actuales y las jóvenes generaciones lo tendrán como un gran referente para la vida y la historia que viviremos, encaminada hacia un país, que a pesar de muchos otros problemas sociales y económicos, seguirá buscando crear las mejores condiciones de vida, que es un anhelo de todos los colombianos.

En especial, llamamos la atención a las universidades, tanto privadas como pública, aunque con énfasis en las segundas, para que sean ellas las que lideren, ojalá, en forma coordinada, una gran tarea de ilustración que facilite comprender y aclarar las dudas sobre un asunto que, como hemos dicho en forma reiterada, a todos los incumbe.

Recordemos que una democracia, cada vez más auténtica y real, se construye de la mano de un gobierno comprometido con sus ideales y que tenga proyectos orientados y en ejecución permanente para llenar vacíos de la vida, como los fenómenos de la desigualdad, la falta de oportunidades, el manejo pulcro del Estado en todos los sentidos, la participación eficaz de los ciudadanos en la vigilancia del quehacer de los gobernantes y podríamos seguir citando más acciones que seguramente, poco a poco se conocerán y harán parte del trabajo que aún tenemos pendiente.  

Por el momento, a estudiar el Acuerdo Final para la Paz y a prepararnos para el plebiscito y continuar atentos a los nuevos hechos, que están por venir.



domingo, 7 de agosto de 2016



LA DIFUSIÓN PEDAGÓGICA DEL PLEBISCITO



Muy pronto, el gobierno nacional, con todos sus equipos de trabajo, deberá iniciar la tarea comunicativa asertiva sobre la difusión pedagógica del plebiscito. Para el efecto, debe utilizar las palabras precisas y convincentes acerca de la campaña a favor del plebiscito, si quiere orientar a todo su trabajo hacia el éxito en las elecciones, es decir, que los votos sean por el SI. Porque de lo contrario, propiciará, con mucha seguridad, la abstención, ante la dificultad para entender en qué consiste el plebiscito y por qué razones la invitación es a votarlo por el SI. Igualmente, quienes promuevan la abstención y el voto por el NO, deberán adelantar una campaña de argumentación clara y concreta para explicar la propuesta.

Las anteriores explicaciones, tienen como fin, insistir en la necesidad de darle un manejo lingüístico adecuado a las palabras y a los argumentos que se van a utilizar en la próxima campaña, de manera que en esencia, se logre que la difusión de mensajes sea muy fácil de entender por todas las personas, sin importar su nivel de formación académica, aunque en muchos casos, les parecerá que son manifestaciones muy sencillas y elementales, pero la verdad consiste en que deben ser así, de forma que se alcance la mayor cobertura de comprensión posible.

Y en este proceso, la labor empieza por los directores de las campañas, quienes deben estar muy bien asesorados por expertos en la construcción de mensajes, y luego, respaldados por una campaña en los medios de comunicación que penetre a todos los lugares, sin que quede espacio alguno excluido de la campaña de difusión pedagógica del plebiscito.

Agreguemos que los mensajes serán, tanto de palabras, como de sonidos, de imágenes, de figuras, de retratos, de caricaturas, y en general, de mucha creatividad para que impacten al público, formado por oyentes, lectores y veedores, a quienes se tiene que convencer para que se decidan por la intención del mensaje que conoció. Sobre esta estrategia y muchas otras, seguramente, se contará con el concurso de personal muy competente y experimentado, que con su aporte, conseguirán los propósitos que están en juego.

Todo el contenido de la campaña sobre la difusión pedagógica del plebiscito hace parte de un sistema democrático, una de cuyas características será siempre estimular el debate público, que tiene como soporte varios principios, entre los que podemos citar: la argumentación, el respeto por la diferencia, la no violencia en ninguna de las formas y menos la verbal, el derecho al uso del espacio público para convocar a las personas a manifestaciones, la libre movilización por el territorio y la igualdad de garantías por parte de las autoridades para los promotores de las distintas campañas.  

 En síntesis, es estar en una especie de plaza pública, donde todos podamos hablar, pero ordenadamente. Donde cada grupo defienda sus ideas, donde no haya violencia, donde haya garantías para todos, donde las autoridades estén presentes pero como garantes y donde todos tengamos el compromiso de respetarnos mutualmente. En tales condiciones, que en principio son utopías, en la práctica serán realidades, pero con el aporte y la conducta de cada uno de nosotros.