domingo, 24 de julio de 2016


LA NUEVA LEGISLATURA Y LAS LEYES QUE NECESITAMOS


En Colombia, un país, caracterizado por el fenómeno del santanderismo -si las armas nos han dado la independencia, solo las leyes nos darán la libertad-, es decir, por tener normas para todo, hasta muchas inútiles, sin embargo, en cada nueva legislatura, tenemos que hablar de las nuevas leyes, sobre todo, aquellas que se refieren a materias que carecen de las mismas y que bastante las necesitan, y porque en otros casos, se requiere de actualización. Por tanto, en el vasto campo de las comunicaciones, que es el de nuestro mayor interés, conviene, antes de pensar en nueva normatividad, en hacer un balance de las que tenemos, de las que faltan y de las que es necesario actualizarlas.

Por tanto, este corto comentario se dirige a los profesionales, a las asociaciones, a las universidades, a los centros de investigación, a los medios de comunicación y hasta el mismo Estado, por medio de las entidades pertinentes, como el Ministerio de las TIC, la Autoridad Nacional de Televisión, la Agencia Nacional del Espacio, la Dirección Nacional del Derecho de Autor, la Superintendencia de Industria y Comercio, y seguramente habrá otras, para que, dentro de sus disposiciones que tienen relación con el tema general que mencionamos, nos propongamos un examen cuidadoso de las disposiciones pertinentes, y proponer su actualización, pero con visión de futuro, de manera que las mismas, se vayan adecuando a cada momento de nuestro acelerado y hasta imprevisto desarrollo.

Es verdad también que debemos tener solamente las normas que sean las esenciales, y que a la vez  sean eficaces, para evitar estar cambiando por cualquier circunstancia imprevista. Lo anterior significa que las personas que sean escogidas para este trabajo, sean las más experimentadas y competentes, de manera que cada vez, tengan más economía en leyes, pero que éstas sean las más adecuadas para que, en lugar de entorpecer el camino, sean las que abran grandes posibilidades de desarrollo y solución a los conflictos, que a pesar de ser inevitables, también sean pronta y eficazmente resueltos.

Y con estos mismos criterios, debería actuarse en los demás campos de la vida nacional, porque sin dejar de ser santanderistas, en cuanto regular solamente lo que sea necesario, pero sin que nos excedamos, porque tampoco la idea es tener normas en abundancia.

Por tanto, confiamos en que nuestra iniciativa tenga acogida y poco a poco, se vaya extendiendo, de manera que caminos, como se dice ahora, en la dirección correcta, para bien de todos, y sobre todo, de las legalidad.







sábado, 9 de julio de 2016




LOS 25 AÑOS DE LA CONSTITUCIÓN Y EL DERECHO A LA INFORMACIÓN



Con especial satisfacción y todavía con muchas expectativas, celebramos el pasado 4 de julio, los 25 años de la Constitución Política, porque son muchas las materias sobre las cuales seguimos pendientes de más desarrollos, tanto legislativos como jurisprudenciales. Aunque en el campo del derecho a la información hemos logrados leyes, estamos todavía pendientes de un nuevo estatuto que regule el trabajo de quienes ejercemos el periodismo, y más  allá de estas disposiciones, debemos hacer bastante énfasis en normas sobre seguridad social en aspectos como la salud, los riegos profesionales, el salario y las pensiones.



Sobre la disposición constitucional, contenida en el artículo 53, no se ha escrito una sola línea, para formular un buen estatuto del trabajo, que parta de principios básicos que deben estar en la ley, para que luego, como en el caso del periodismo, haya normas específicas, que sean claras y concretas en aspiraciones que hace muchos años tenemos pero que no han logrado convertirse en mandados vinculantes y garantistas para el reconocimiento de la misión periodística, que reclamamos con tanta insistencia.



Por tanto, con motivo de las bodas de plata de nuestra Carta Magna, bien vale la pena que las organizaciones periodísticas, las facultades y escuelas de formación profesional, y hasta los propios medios de comunicación, pensemos y promovamos reuniones, conversaciones, debates y al final, con las conclusiones en la manos, busquemos la forma de canalizar una buena iniciativa que llevada al Congreso, se convierta en la ley que deseamos. Estamos seguros que, luego de un trabajo amplio, con mucha participación, y sobre todo, que sea el fruto de un trabajo que incluya los aspectos más fundamentales, lleguemos a tener la norma que tanto anhelamos.



Podrán decirnos, y es verdad que tienen razón, quienes afirman que quedan pendientes otros asuntos que también son de enorme trascendencia, como por ejemplo, el delicado tema de la administración de justicia, para citar solamente uno, lo que significa que el debate tiene que ser más amplio, pero siempre orientado a que las propuestas que surjan como frutos de dicho trabajo, tengan acogidas y pronto se les dé el tratamiento gubernamental que corresponde.



Por el momento, reiteramos la invitación para que prontamente, estemos iniciando la propuesta del gran debate para una buena ley del periodista, con la inclusión de la seguridad social, entendida en sentido amplia, para que continuemos con mucho entusiasmo y estímulos el compromiso que tenemos con la sociedad.





  



LOS 25 AÑOS DE LA CONSTITUCIÓN Y EL DERECHO A LA INFORMACIÓN

Con especial satisfacción y todavía con muchas expectativas, celebramos el pasado 4 de julio, los 25 años de la Constitución Política, porque son muchas las materias sobre las cuales seguimos pendientes de más desarrollos, tanto legislativos como jurisprudenciales. Aunque en el campo del derecho a la información hemos logrados leyes, estamos todavía pendientes de un nuevo estatuto que regule el trabajo de quienes ejercemos el periodismo, y más  allá de estas disposiciones, debemos hacer bastante énfasis en normas sobre seguridad social en aspectos como la salud, los riegos profesionales, el salario y las pensiones.

Sobre la disposición constitucional, contenida en el artículo 53, no se ha escrito una sola línea, para formular un buen estatuto del trabajo, que parta de principios básicos que deben estar en la ley, para que luego, como en el caso del periodismo, haya normas específicas, que sean claras y concretas en aspiraciones que hace muchos años tenemos pero que no han logrado convertirse en mandados vinculantes y garantistas para el reconocimiento de la misión periodística, que reclamamos con tanta insistencia.

Por tanto, con motivo de las bodas de plata de nuestra Carta Magna, bien vale la pena que las organizaciones periodísticas, las facultades y escuelas de formación profesional, y hasta los propios medios de comunicación, pensemos y promovamos reuniones, conversaciones, debates y al final, con las conclusiones en la manos, busquemos la forma de canalizar una buena iniciativa que llevada al Congreso, se convierta en la ley que deseamos. Estamos seguros que, luego de un trabajo amplio, con mucha participación, y sobre todo, que sea el fruto de un trabajo que incluya los aspectos más fundamentales, lleguemos a tener la norma que tanto anhelamos.

Podrán decirnos, y es verdad que tienen razón, quienes afirman que quedan pendientes otros asuntos que también son de enorme trascendencia, como por ejemplo, el delicado tema de la administración de justicia, para citar solamente uno, lo que significa que el debate tiene que ser más amplio, pero siempre orientado a que las propuestas que surjan como frutos de dicho trabajo, tengan acogidas y pronto se les dé el tratamiento gubernamental que corresponde.

Por el momento, reiteramos la invitación para que prontamente, estemos iniciando la propuesta del gran debate para una buena ley del periodista, con la inclusión de la seguridad social, entendida en sentido amplia, para que continuemos con mucho entusiasmo y estímulos el compromiso que tenemos con la sociedad.