lunes, 19 de mayo de 2014

TERMINAMOS CAMPAÑA ELECTORAL CON GUERRA SUCIA Y MENTIRAS

Los colombianos nos merecemos una campaña electoral realizada con base en principios democráticos que destaquen y practiquen la ética, la verdad, la transparencia, el respeto por el otro, el uso de un lenguaje argumentativo y no ofensivo e insultante, el sometimiento a las autoridades y podríamos seguir citando más principios, todos tan necesarios en cualquier escenario del mundo, sobre entre nosotros, si en realidad nos sintiéramos como personas con conductas maduras políticas y culturales.
 
Sin embargo, ocurre todo lo contrario. Sabemos que son cinco los candidatos a la presidencia de la república. Dos son damas muy serias, con trayectoria en el sector público y con su equipo de trabajo que les ha ayudado a presentar su respectivo programa de gobierno. Han recorrido el país, han expuesto sus ideas, han pedido que los electores las apoyen y hacen parte de un proceso que al final habrá de evaluarse y sacar muchas enseñanzas. Los otros tres, son señores, que también han ejecutado actividades rutinarias de aspirantes a gobernar nuestro país. Cada colombiano, en forma independiente y ojalá bien fundamentada, tomara su decisión y participara votando el próximo domingo 25 de mayo de 2014.
 
Hasta allí, todo, aparentemente, sería normal. No obstante, y en este sentido, sí tenemos que ser claros y contundentes, porque apoyarse en el mal uso de las tecnologías de la información, para buscar la forma, por demás, ilícita, de ensuciar, de confundir, de mentir, de hacer el mal al contrincante, se constituye en una conducta que todos, todos los colombianos, tenemos que rechazar de manera absoluta y terminante, porque si no la repudiamos, entonces, por forma pasiva, admitimos comportamientos que, seguramente, muy pronto, han de tener efectos perversos en el desarrollo de las actividades futuras del país.
 
Así nuestras palabras caigan y queden en tierra estéril, es nuestro deber salir a defender el derecho de la sociedad colombiana, de ser enterada, ilustrada, convencida y animada de una propuesta de gobierno, cuando cada candidato lo haga con altura, con argumentación, y con el respeto por la diferencia, pero sin violencia alguna. Solamente, en tales circunstancias, podríamos decir, con inmensa satisfacción, que el derecho a ser informado, como derecho fundamental, que es, se ha cumplido a plenitud, y así será en los años venideros. De lo contrario, nos tendremos que lamentar y, ojalá, no se repitan los hechos lamentables de acontecimientos violentos de ingrata recordación. 
 
   
 

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario