martes, 18 de junio de 2013


LA MORDAZA EN ECUADOR, JUSTIFICA EL RECHAZO UNIVERSAL

Quienes profesamos, practicamos y defendemos los derechos humanos y su relación con la democracia, como régimen político, esencialmente, garantista y respetuoso de la diferencia, porque ésta será siempre argumentativa y no violenta, no podemos guardar silencio por la actitud, tanto del presidente del Ecuador, señor Ernesto Correo, como de la Asamblea o el Órgano Legislativo del Ecuador, por aprobar un proyecto de Ley, que llama de Comunicación, que, en lugar de propiciar, estimular y defender el ejercicio de la comunicación, como derecho natural y, por tanto, derecho humano de todo ser, lo hay hecho totalmente nugatorio.

Con sobrada razón, los periódicos afiliados a la Asociación Colombiana de Editores de Diarios y Medios Informativos, ANDIARIOS, publicaron el pasado viernes 14 de junio de 2013, el editorial titulado: ¿Estocada final  a la libertad de prensa en Ecuador?, en el cual advirtieron sobre los riesgos para la libertad de prensa y el derecho a la información que se derivarían del Proyecto de Ley Orgánica de Comunicación que está próxima a ser aprobado por la Asamblea Nacional de Ecuador, lo anunció el periódico El Colombiano, de la fecha antes mencionada.

En esta oportunidad, sobran las palabras para rechazar, de la manera más enérgica y contundente, tan brutal procedimiento, porque de esa manera, se le impide al pueblo ecuatoriano, contar con profesionales del periodismo y de las comunicaciones y de distintos medios de comunicación, los cuales, por su propia naturaleza tienen que ser plurales y diversos, para que se cumpla con el fin sagrado y esencial, de mantener enterada a la sociedad de todo el acontecer, desde los lugares más apartados hasta las grandes ciudades, pero, sobre todo, como se dice, clásicamente, contar en forma permanente, con quienes son "el perro guardíán de la democracia", cuya tarea va más allá de informar.

Porque en las sociedades democráticas, para evitar los abusos del poder, que puede originarse en quienes son los gobernantes o en los particulares, si no se cuenta con medios de comunicación, dirigidos por profesionales competentes y comprometidos con la defensa del derecho a la información de la comunidad, jamás se conocerán los actos perversos que afectan los intereses y los derechos de los asociados.

Podríamos extendernos mucho en consideraciones sobre los asuntos, que de distinto contenido, tienen trascendencia pública, porque ser refieren al ejercicio actividades que tienen repercusiones en la sociedad, como por citar un mero ejemplo, el relativo al cobro y al gasto del dinero proveniente de los impuestos en obras que deben ser para la satisfacción de necesidades sociales, entre ellas, la construcción de hospitales, de escuelas y de establecimientos de educación, por mencionar también algunos de los múltiples destino de un presupuesto que, seguramente, es una cifras bastante altas.

En síntesis, con la mordaza en la mano, que es como quitarle el aire a la persona, para que ésta, inevitablemente muera porque no puede respirar, asi ha de ocurrir, cuando la sociedad, en vez de ejercer la comunicación, se mantenga muda y no pueda hablar con los demás, el efecto, también que no se puede evitar, será que todos, sin excepción, constituirán la sociedad del silencio, la sociedad que morirá y desaparecerá porque no puede hablar, ni puede oír, porque los otros, tampoco pueden hablar.

¿Qué podemos hacer nosotros? Digamos que, como en Colombia, sí podemos alzar la voz, gritemos al unísono: ¡Ecuador morirá porque se quedará silenciado!













No hay comentarios:

Publicar un comentario