domingo, 21 de abril de 2013

EMPIEZA VIGENCIA DE LA LEY 1621 DEL 17 DE ABRIL DE 2013, SOBRE ACTIVIDADES DE INTELIGENCIA Y CONTRAINTELIGENCIA

Consideramos necesario, empezar por contar brevemente esta noticia, porque tiene bastante relación con el ejercicio de las actividades periodísticas, sobre todo, en cuanto al acceso a la información y su difusión. Sin que entremos en detalle sobre el análisis de su contenido, en forma breve, destacaremos los aspectos que más nos son pertinentes para luego, convocar a un examen más detenido de la ya citada Ley estatutaria 1621 del 17 de abril de 2013, lo mismo que de la sentencia de constitucionalidad, C-540 de 2012, por la cual, la Corte Constitucional hizo la revisión del proyecto de ley, antes de pasar a la sanción presidencial.

La mencionada norma regula aspectos que conciernen con asuntos sustanciales de la vida democrática, de las garantías para el ejercicio de las actividades individuales y, sobre todo, con los derechos fundamentales, entre ellos, los que tienen que ver con los derechos de la personalidad.

En síntesis, podemos destacar el tema de las bases de datos y los archivos de inteligencia y contrainteligencia, ya que los órganos que desarrollan dichas labores, tendrán centros de protección de datos. Al menos, para tener un control sobre los mismos, habrá una comisión asesora para la depuración de toda esa información recolectada, la cual tendrá una reserva legal de treinta (30) años, que en principio consideramos muy amplia y, lo menos aceptable y razonable, consiste en que puede, así se diga que es excepcionalmente, aumentarse por otros quince (15) años más.

Ojalá, en la recolección de tales datos, no se llegue a extremos de abusar en los procedimientos, pues, podría ocurrir que se abuse de la función de la autoridad y se llegue a la violación de los derechos de la personalidad, consagrados en el artículo 15 de la Constitución Político, como son los correspondientes a la privacidad, intimidad, buen nombre, honra, imagen o figura, y llegar hasta conculcar el debido proceso.

Si se aplican, en estricto sentido, los principios tutelares de las acciones de inteligencia y contrainteligencia, que mandan que sea de acuerdo con la necesidad, la idoneidad y la proporcionalidad, en principio, podríamos pensar en tener un derrotero claro y concreto. Sin embargo, lo grave puede sobrevenir, como ya lo dijimos, por el abuso de la autoridad.

Otro asunto de vital importancia es el que tiene que ve con el monitoreo de espectro electromagnético y la interceptación de conversaciones privadas, sean telefónicas o móviles, salvo los casos, previamente autorizados por la autoridad competente, siguiendo los procedimientos judiciales y para fines también  de investigación.

Una parte bastante grave, no solo para el acceso a la información, sino para la difusión de la misma, la encontramos en el artículo 33, numeral 4. Para el efecto, tomamos esta cita del columnista Ramiro Bejarano Guzmán, quien el domingo 31 de marzo del año en curso, escribió en su columna Notas de Buhardilla, en El Espectador, páginas 44 y 45,  lo siguiente: "En efecto, el parágrafo 4 del artículo 33 de la ley de marras, que regula lo relativo a la reserva de la información de inteligencia y contrainteligencia, trae una trampa que parece no haber sido advertida ni en el Gobierno, ni en el Congreso, ni en la Corte Constitucional, o si lo fue, prefirieron guardar imprudente silencio. Según esta disposición, la reserva de informaciones de inteligencia y contrainteligencia no obliga a los periodistas ni a los medios de comunicación, pero no en todos los casos, como sería lo deseable democráticamente, sino solamente ¨cuando ejerzan funciones periodísticas de control del poder político¨. En otras palabras, si un periodista o un medio conocen información de inteligencia o de contrainteligencia por el ejercicio de una actividad periodística que no tenga que ver con el control político, entonces en ese evento sí están obligados a mantenerla en reserva, es decir, no podrán divulgarla".

Estaremos pendientes para conocer y compartir los puntos de vista de los colegas que quieran participar en este debate que apenas empezamos.



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