lunes, 18 de febrero de 2013

LAS LIBERACIONES DE POLICÍAS Y SOLDADOS NO PUEDEN SEGUIR SIENDO "ESPECTÁCULOS". NUEVA LLAMADA DE ATENCIÓN

El aplazamiento de la liberación de los policías secuestrados por la guerrilla, justificada en el exceso de presencia de medios de comunicación, no puede ser una razón más para que sigamos propiciando el espectáculo. Sobre todo, en los actuales momentos, cuando se dialoga en la búsqueda de acuerdos para la anhelada y esquiva paz, que tanto añoramos en Colombia.

No tenemos que agregar palabras para reiterar el papel siempre tan trascendental de los medios de comunicación, sobre todo en nuestro país, que necesita de ellos para conocer la verdad de tantos acontecimientos que tienen impacto en la vida de los colombianos. Y, cuando se trata de acontecimientos ligados al orden público, tampoco es indispensable recalcar que ellos tienen el deber de estar atentos y presentes para poder contar qué es lo que ocurre, a pesar de lo grave y doloroso que sean los hechos.

Pero pensar que ellos, por cumplir su misión, sean los que generan los espectáculos, significaría imputarles una conducta que riñe con su deber. Por eso, y así seamos cansones y hasta un poco solitarios en lo que afirmemos, requerimos y llamamos la atención de la otra parte, de la que genera la noticia, para que asuma su papel como debe ser: con seriedad, con sinceridad, y cumplimiendo su compromiso o su convocatoria, porque al conocerse con anticipación lo que se avecina, es necesario que se mantenga la palabra y no haya excusa y disculpa de última hora, para no cumplirla.

Porque, así también seamos reiterativos, los medios de comunicación, como delegatarios de la sociedad, tienen que trabjar para que ella pueda satisfacer el derecho a la información. Y si quienes hacen parte de los acontecimientos que, por su importancia, son noticias, jamás deben tener conductas que riñan con este derecho. Al contrario, deben cumplir sus compromisos, salvo casos muy excepcionales, para que finalmente, tengamos la noticia que estábamos esperando.
  

lunes, 4 de febrero de 2013

TUVIMOS RAZÓN FRENTE A LA ACCIÓN DE TUTELA POR OPERACIÓN E

NO CREEEMOS QUE LA REVOQUE EL JUEZ, EN CASO DE IMPUGNACIÓN

Lo primero que debemos hacer es corregir, porque la semana pasada escribimos OPERACIÓN D, en lugar de OPERACIÓN E. Después de esta aclaración, bien vale la pena detenernos un poco, aunque sin conocer el fallo, sí para una beve reflexión sobre la trascendencia de la teoría sobre un juicio de debida ponderación para resolver los casos de choques, o colisiones, o enfrentamientos entre dos o más derechos fundamentales.

En los sistemas democráticos, una de sus características en el constante ejercicio de la deliberación entre las personas. Es como estar en una plaza, lugar a donde se concurre libremente, y cada uno tiene un punto de vista para expresarlo frente a los demás. Lo normal es la coincidencia entre algunos argumentos, como también la divergencia con otros. De esa manera, se forma el pluralismo, que significa varias posturas en un sentido, y otras posturas diferentes. En otras palabras, podemos compartir algunas opiniones y distanciarnos de otras, pero siempre, porque tenemos razones para sostener determinadas posiciones. ¿Podrá haber alguna unanimidad?  Claro que tiene que haberla. Por ejemplo, que, a pesar de tener posiciones diversas, éstas se expresen con argumentos, no con violencia ni verbal ni física. Que para dialogar habrá que respetar reglas de convivencia, convenidas previamente.

De esa manera, pasamos al terreno de los derechos humanos y para el caso que nos ocupa, nos referimos al amplio derecho a la libertad de palabra o de expresión. Nuestra misma Constitución Política consagra que para su ejercicio, no tenemos ni habrá censura. Pero vienen los peros. ¿Qué pasa cuando al ejercer mi derecho a la palabra, puedo chocar con otro derecho también fundamental? Sobre todo, los derechos de la personalidad, como, por ejemplo: la intimidad, la privacidad, el buen nombre, el habeas data, la propia imagen o figura, el libre desarrollo de la personalidad y las comunicaciones personas.

Después de muchas elucubraciones, los grandes aportes de los alemanes, en materia de solución a esta problemátida, han llegado a otros país. Por ejemplo, a España, a Italia ...y a Colombia. Nuestra Carta Magna se nutre, se inspira y ... traslada textos completos de aquellas Constituciones a la nuestra.

Todo ese gran bagaje, entonces, tiene efectos en la solución de nuestros conflictos. Por eso, en esta oportunidad, los argumentos en defensa de los derechos fundamentales del menor, que se violarían en la exhibición de la película, chocaban con los derechos de los demás, de conocer, de apreciar en pantalla, una historia reciente, bien recreada, que narra parte de la situación compleja que se vive en Colombia.

Ante este choque, la pregunta por resolver es, realmente, ¿quién es el más afectado, el niño o los demás, las otras personas, el público, los ciudadanos?  No tenemos la menor duda que los más afectados seríamos todos los demás. Allí radica el meollo del asunto.