lunes, 19 de marzo de 2012

LA PALABRA, COMO DERECHO HUMANO

Una interesante reflexión sobre un tema tan rico y amplio como son los derechos humanos, la dedicamos a la palabra. La vida tiene en la palabra el gran soporte para permitirnos establecer relaciones con los demás. Por ella, podemos expresar nuestros pensamientos, nuestras ideas, nuestros deseos, nuestros acuerdos, nuestros desacuerdos, nuestros proyectos, nuestra concepción sobre el sentido de la existencia del ser humano y, en general, para dar a conocer los mensajes, con las características que tiene cada uno, entre ellas, los distintos contenidos. En fin, podríamos extendernos bastante para hablar sobre la palabra, como instrumento de vínculo de un ser con el otro y del otro con los demás, hasta formar grandes grupos sociales, los cuales, se unen, alrededor de principios que comparten entre sí.

La historia de la humanidad ha tenido en la palabra, una fuente trascendental para escribir y documentar sus acontecimientos. Gracias a ella, se han rescatado grandes aportes que benefician a la humanidad. Y por ella, conservamos el patrimonio de los seres que han contribuido con sus ideas a recrear cada momento y cada sociedad.

Es mucho lo que se puede escribir sobre este valioso instrumento de comunicación, porque la palabra está ligada a las distintas manifestaciones de la humanidad. Por eso, es también bastante lo que se podría decir de la palabra y su relación con el ejercicio de derechos y de libertades, ya que ella es el medio para manifestarlos, explicarlos y hacerlos realidad. Igualmente, la palabra tiene relación con el poder. Éste, según su ideología, la utilizará para dirigirse a los gobernados y convencerlos de que las autoridades están actuando, de acuerdo con los fundamentos que rigen el poder que ellos tienen.

Igualmente, la palabra es el instrumento esencial del trabajo de los periodistas, de los comunicadores y del contenido de los medios de comunicación. Por consiguiente, cada vez podríamos seguir agregando más conexiones con la palabra, para concluir que ella es esencial en la vida diaria de todos los seres humanos.

En nuestro caso, debemos decir que la palabra es la concreción de la libertad de expresión y ésta es un derecho humano. De la forma como la usemos, dependerá su eficacia, entendida en un sentido positivo. O, por el contrario, en sentido negativo, porque puede producir conflictos, cuando el diálogo y el debate, carecen de la argumentación y, en consecuencia, de razonabilidad para poder convencer al otro, o al menos, hacerle entender el mensaje, aunque no lo comparta. Porque en la sociedad democrática, el empleo de la palabra en lugar de las armas, es un mandato imperativo que todos debemos acatar y defender, si de verdad queremos aportar, así sea en una mínima parte, en ese largo proceso de paz que tanto necesitamos en Colombia. Siempre ha tenido razón el gran pensador que, por el momento no recordamos, cuando dijo: en el mundo, se han enfrentado, constantemente, dos poderes: la espada y la pluma, pero al final, la pluma vencerá a la espada. Y otro gran pensador, que tampoco recordamos, dijo, frente a la espada: no saques sin razón y no la guardes sin honor. Dos expresiones que dan lugar a muchos pensamientos.

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