miércoles, 26 de enero de 2011

Despenalización de los delitos de injuria y calumnia

Acabamos de conocer la noticia, según la cual, la Federación de Periodistas de América Latina y el Caribe han pedido a la Corte Constitucional de Colombia, la despenalización de los delitos de injuria y calumnia, con base en la doctrina penal moderna y los estándares internacionales y constitucionales, que están orientados a salvaguardar el ejercicio del derecho a la libertad de expresión.

Consideramos que es necesario, antes de cualquier debate recordar, para que haya ilustración, que en Colombia, el delito de injuria, artículo 222 del Código Penal, lo define como hacer a otra persona imputaciones deshonrosas. La sanción penal es prisión de 16 a 54 meses y multa de 13.33 a 1.500 salarios mínimo legales mensuales. Y, respecto al delito de calumnia, artículo 221, dice que ocurre cuando se imputa falsamente a otra persona, una conducta típica, es decir, un delito. La sanción penal es de prisión de 16 a 72 meses y multa de 13.33 a 1.500 salarios mínimos legales mensuales vigentes.

En ambos casos, la experiencia nos ha enseñado que las penas de prisión limitan, exageradamente, el ejercicio del derecho fundamental a la libertad de expresión.

Sin embargo, también es importante destacar que la comisión de dichos delitos, en ciertos casos, sobre todo, cuando se hacen afirmaciones sin fundamento alguno y, agreguemos, de manera irresponsable, afectan y lesionan, gravemente, el patrimonio moral del denunciado, sin que, en la mayoría de los veces, sea posible que recupere el daño causado.

También, el debate se centra en poder determinar, con suficiente claridad y concreción, cuándo se ha cometido alguno de estos dos delitos. Por ejemplo, en el caso del delito de injuria, hoy, es muy difícil tener claridad cuándo, las palabras que se utilizan para un comentario, una denuncia o alguna referencia a una persona, de verdad, sí constituyan imputaciones deshonrosas. Tomemos este caso: hace algunos años, decir que una persona determinada, con nombre y apellidos y plenamente identificada era homosexual, sí era una imputación que lo deshonraba ante los demás. Actualmente, con el reconocimiento de los derechos de los demás, entre ellos, los de la diversidad sexual, aquella expresión no afecta, para nada, ante los otros, aquella conducta de una persona que, como en razón a su trabajo, sea muy conocida por los demás, como el caso de un gobernante de una ciudad capital.

Respecto al delito de calumnia, sí es más fácil saber cuándo se ha podido cometer, porque es necesario que una persona determinada, acuse falsamente, a otra persona también determinada, de la comisión de un delito concreto, porque éstos, están contenidos en el Código Penal.

Por consiguiente, cuando el periodista, o el comunicador, o cualquier ciudadano habla, escribe y publica sus mensajes, sean éstos comentarios, acusaciones, juicios de valor, canciones, poesías y otros, tendrá que ser muy cuidadosa para no actuar sin tener conciencia de sus contenidos. En otras palabras, el ejercicio de la libertad de expresión, no es una patente de corso para que todo el que quiera, pueda decir también todo lo que le provoque de una persona conocida, sin tener las pruebas suficientes para tales afirmaciones.

La conclusión es muy sencilla: somos conscientes de que tenemos libertad para decir, sin limitaciones previas, lo que deseemos. Pero a la vez, somos responsables en todo sentido: social, ética y jurídicamente, de las palabras que expresemos. El uso razonable, ponderado, documentado, prudente y respetuoso, nos dará la seguridad de que la utilización de la libertad de expresión no dará lugar a la comisión de los delitos de injuria y calumnia.

martes, 11 de enero de 2011

El respeto por los derechos de los niños

Algunos medios de comunicación han hecho eco del comportamiento del cantante vallenato, Silvestre Dangond, quien en un concierto, en la localidad de Patillal,departamento del Cesar, el pasado 25 de diciembre, le tocó los genitales a un menor de edad. A pesar de las explicaciones sobre aquella conducta, como reiterada en aquella región, la costa atlántica, donde se le considera "normal", tal comportamiento no admite justificación alguna. Porque de todas maneras, se trata de un acto grotesco y vulgar que atenta contra la dignidad de un menor de edad y lo deshonra públicamente.

Por lo anterior, vale la pena recordar que nuestra Constitución Política, que celebrará el próximo 4 de junio, sus 20 años de existencia, tiene entre sus grandes novedades, la incorporación de los derechos fundamentales y, en forma expresa, hace referencia a los derechos fundamentales de los niños, en su artículo 47. Es deber, en consecuencia, de todos los hombres y mujeres de Colombia, pero especialmente, de quienes son personajes públicos, conocer y respetar los derechos ajenos. Porque quienes, en forma voluntaria, asumen una actividad que por su misma naturaleza, los convierte en personajes de notoriedad pública, con mayor razón, saben que todo su comportamiento está a la luz pública y expuesto para que todos lo veamos y lo juzguemos.

Deben entonces, asumir una conducta ejemplar y digna de ese importante reconocimiento social, y ser paradigmas de convivencia, pero sobre todo, de respeto hacia los derechos de los demás. Porque en estos casos, se puede aplicar la expresión popular de que "su ejemplo arrastra", es decir, si actúan irresponsablemente, quienes los admiran, entre ellos, los menores de edad, como en el caso de los artistas, quieren parecerse a su ídolo, y por eso, harán lo mismo que aquellos.

Ojalá que esta situación, que podría tener muchos calificativos, y que nosotros llamamos como un espectáculo que hiere la dignidad y el derecho a la intimidad del menor, sirva como reflexión para que en adelante, hechos de este tipo, no se presenten o, que cuando ocurran, inmediatamente, nos pronunciemos y los rechacemos, porque no podemos guardar silencio frente a la violación de los derechos fundamentales de nadie, pero en especial, cuando las víctimas son menores de edad.

Y aprovechamos la oportunidad, para destacar y elogiar la actitud de los medios de comunicación que han difundido este grave hecho, porque es una manera eficaz de reclamar el debido respeto de la dignidad humana, y de cumplir parte de la misión social de ellos, en una sociedad que, por ser pluralista y diversa, no puede tolerar conductas que por su propia naturaleza, tienen que ser reprochadas y denuncias sin temor alguno.

martes, 4 de enero de 2011

2011: año de información electoral

Al empezar el año 2011, reiteramos nuestro saludo de año nuevo a todos los lectores. Pronto, como lo anunciamos, tendremos innovaciones en este portal, para aumentar su contenido y hacerlo, cada vez, más interesante. Mientras tanto, comentaremos temas de importancia, porque Colombia es un país que, desde la perspectiva de las noticias, siempre las habrá. Por eso, nos adelantamos un poco al mes de octubre, cuando el domingo 30, tendremos elecciones regionales para escoger gobernadores, diputados, alcaldes y concejales.

Por consiguiente, las campañas electorales preparan el material que constituyen las propuestas de los candidatos de cada partido o movimiento político para darlas a conocer al público, con el fin de que éste, las analice, las compare, las comente y si lo convencen, tomen la decisión de apoyar al aspirante de su simpatía para el cargo de elección.

Por eso, para alcanzar una gran difusión, se han de utilizar distintos medios de comunicación. Además, de distintas estrategias en la presentación del material, como mensajes orales, audiovisuales, impresos, fotográficos, y las novedades que han de aparecer.

Debemos estar atentos porque viviremos varios meses, de permanente información alrededor de los candidatos y de sus propuestas. Viviremos momentos de debates públicos, de controversias, de movilizaciones y en general, de un proceso comunicativo bastante interesante. En otras palabras, podremos apreciar cómo, el derecho fundamental a recibir mensajes será muy notorio y constante. Y en dicho proceso, también vamos a apreciar el papel tan importante de todos los medios de comunicación, ya que ellos, son los instrumentos adecuados para la difusión de los mensajes ideológicos, que generan otros mensajes, como son las noticias, los comentarios o juicios de opinión, el humor, las fotografías, las caricaturas y los fotomontajes, entre los que abundarán durante el año.

Nuestro llamado es para que los candidatos sean respetuosos de sus contrincantes en el uso de la palabra. Que no haya insultos, ni provocaciones, ni tratos irrespetuosos hacia el otro, porque caeríamos en la burda práctica de incitar a más violencia verbal y hasta a la violencia física. Y del público, también pedimos un comportamiento similar para que, finalmente, el certamen electoral de 2011, concluya como una demostración más de nuestra madurez política, como debe ser.