lunes, 26 de julio de 2010

Sigue el lío por la adjudicación del tercer canal de televisión

El 27 de julio, era el día señalado por la Comisión Nacional de Televisión para adjudicar el tercer canal de televisión privada, de cubrimiento nacional. Sin embargo, este proceso que ha tenido tantos obstáculos parece que continúa con ellos. En esta oportunidad, ante una demanda ante el Consejo de Estado, este organismo acogió parte de la pretensión, en el sentido de impedir que el proceso siguiera adelante, por la falta de pluralidad de proponentes, pues solo había uno. Y la decisión de suspender dicho proceso, implica que no podrá hacerse la adjudicación el próximo 27 de julio. Y, en caso de omisión, vendrán consecuencias jurídicas para los miembros de la Comisión Nacional de Televisión.

En días recientes, habíamos comentado que parte esencial de este proceso, consistía en saber si los proponentes tenían buenos proyectos, desde la perspectiva de la futura programación, entendida, en cuanto ser variada, de interés cultural, en un sentido amplio de la palabra, de manera que realmente beneficiara a los televidentes.

Tan trascendental asunto, no lo conocemos. Por tanto, el día en que por fin haya adjudicación, los televidentes no tendremos la menor idea de la oferta de contenidos. Quizá sigamos con más de lo mismo, es decir, con mucha pobreza intelectual de contenidos.

A todo lo anterior, se suma la coincidencia del cambio en la presidencia de la república. El sábado 7 de agosto, después de medio día, jura el nuevo mandatario. Él, había dicho en la campaña, que prefería que no se adjudicara el canal, en el actual período presidencial, para evitar las llamadas sutilezas de todo éste, ya complejo proceso.

En fin, es mucho lo que se puede comentar de este tormentoso proceso adjudicatario. Estamos ante un espectáculo denigrante. Estamos con temor, desconfianza, preocupación y podríamos agregar más calificativos. En resumen, la anhelada sana competencia en televisión seguirá en veremos. Y, al mismo tiempo, el derecho fundamental de contar con una nueva opción se quedará aplazada por más días. Por consiguiente, con un sabor de enorme insatisfacción nos tocará seguir esperando por más tiempo, pero ojalá, que los asuntos de este proceso, en la próxima convocatoria, cambien sustancialmente, a ver si por fin, le ponemos punto final a una expectativa que nos ha tenido en vilo hace un buen rato.

miércoles, 21 de julio de 2010

La prensa y el grito de independencia

Con inmenso fervor y hasta con un poco de nostalgia, acabamos de celebrar el bicentenario del grito de independencia, este martes 20 de julio. De 1810 a 2010, son muchos los acontecimientos que han pasado. Unos más que otros, han dejado huella en nuestro discurrir, tan complejo en todo el amplio sentido de la palabra. Por eso, es pertinente que nos detengamos y reflexionemos sobre el papel de la prensa de entonces. Pero es necesario mirar antes de la fecha mencionada. Porque desde 1785, contábamos con algunos periódicos, aunque no fueron de mucha duración. Lo importante es saber quiénes los dirigían, cuál era el contenido, la difusión y las personas que podían leerlos. En esencia, el material era bastante correspondiente a lo que hoy llamamos como mensajes de juicio de valor y mensajes ideológicos, poco se refería a los hechos, tratados hoy como noticia.

Sobre los dirigentes, se trataba de miembros de las clases que podían tener acceso a la formación académica, en las ciudades capitales, sobre todo, en Santafé de Bogotá. La mayoría provenían de la Expedición Botánica, orientada por el español y hombre de ciencia y religioso José Celestino Mutis. No obstante que su gran propósito científico estaba destinado al estudio de nuestros recursos naturales: flora y fauna, también tuvo un enorme influjo con otras ideas, en la generación de los jóvenes criollos,interesados en conocer y analizar los acontecimientos nacionales y del exterior. Eran investigadores, pensadores y escritores que contribuyeron con su pluma a despertar la conciencia crítica en la sociedad de entonces y crear un ambiente político propicio para la discusión de las nuevas ideas provenientes de otros lugares.

En el empeño por difundir los ideales de la revolución americana de 1776 y de la revolución francesa de 1789, crearon periódicos para la tarea de agitación. Por ejemplo, Jorge Tadeo Lozano, dirigió con José Luis Azuola, el "Correo Curioso, fundado el 17 de febrero de 1801. El sabio Francisco José de Caldas, editó el "Semanario del Nuevo Reino de Granada", creado el 3 de enero de 1808 y "El Diario Político de Santafé de Bogotá", que salió el 27 de agosto de 1810.

Entre los años 1780 y 1810, surge un enorme "hervidero de ideas" sobre política, artes, letras -con poetas, cronistas, escritores y periodistas- arquitectura, escultura y pintura. Asimismo, se realizan tertulias literarias que permiten conocer los libros recién llegados al país, a pesar de la prohibición de importar aquellos que contenían ideas revolucionarias.

Los periódicos de entonces,hacen eco de estos hechos. Aunque no todos, porque el primero, organizado en el Nuevo Reino de Granada, que fue el Papel Periódico de Santafé de Bogotá, salió el 9 de febrero de 1791 y fue fundado por el bibliotecario cubano, Manuel del Socorro Rodríguez, alcanzó 265 números, pero su contenido fue, esencialmente, laudatorio para las autoridades españolas.

En cambio, los periódicos de la nueva generación de criollos, que ya debatían los ideas de la revolución francesa: libertad, igualdad y fraternidad, tenían otros contenidos. Por ejemplo, el 17 de febrero de 1801, sale "El Correo Curioso, Erudito, Económico y Mercantil", bajo la responsabilidad de Jorge Tadeo Lozano, vinculado a la Expedición Botánica, y su pariente, José Luis de Azuola y Lozano. Los temas, son alusivos al nombre de la publicación.

"El Semanario del Nuevo Reyno de Granada" se publica a partir del 3 de enero de 1808, por el sabio Francisco José de Caldas. Su contenido es sobre asuntos científicos y literarios.

A pesar de la censura que vivíamos, impuestas por las autoridades españolas, los periódicos lograban tener lectores que aprovecharon muy efectivamente sus contenidos, bastante contrarios al querer de los gobernantes. Precisamente, esa capacidad de penetración contribuyó a encauzar el ambiente favorable para el grito de independencia.

Sin embargo, dentro del proceso siguiente al grito de independencia, los periódicos se alinearon, unos a favor y otros en contra. Fueron dos corrientes políticas que se enfrentaban: centralismo y federalismo. Vivimos la época conocida como de la "Patria Boba". En este tiempo, el gran periodista Antonio Nariño publicó el periódico "La Bagatela", que es un gran referente histórico.

Pero como continuamos en pelas, llegó la reconquista española de 1815 y vivimos el horror hasta el 7 de agosto de 1819, cuando alcanzamos la independencia. En ese corto período de dolor, también los periódicos reseñaban lo acontecido y hasta el propio Pablo Morillo, que dirigía la reconquista, tenía su periódico para contar lo que sucedía.

De ahí en adelante, la historia es muy extensa y profunda, porque la prensa, y muchos años después, la radio, el cine y la televisión han aportado a las sociedades de cada momento, escribiendo y documentando su historia. Por eso, el papel, en general, de los medios de comunicación es y seguirá siendo, de un valor incalculable y trascendental. No lo podemos ignorar sino reconocer y agradecer.

miércoles, 14 de julio de 2010

La intimidad, la privacidad y lo público

Desde fines de la semana pasada, hemos tenido un debate, que podemos calificar de bastante interesante sobre la forma como los derechos fundamentales de la persona, correspondientes a la intimidad y a la privacidad se chocan y forman una colisión, que siempre genera más controversia, pero que por fin, está llegando a un punto de acuerdo.

Empecemos por tener una idea, así sea mínima sobre en qué consiste cada derecho. Cuando hablamos de intimidad, nos referimos a un derecho individual, al derecho que tiene cada persona para que sus vivencias, sus datos y demás asuntos que hacen parte de su esfera, no estén al alcance de los demás, ni éstos tengan por qué conocerlos. Los casos más típicos para entender la intimidad corresponden a momentos en que la persona está sola, por ejemplo, en su cuarto de aseo; o cuando está solo en su dormitorio. Aunque desde ahora, debemos advertir que la intimidad se puede compartir, como en el caso de la vida en pareja o en la familia, como, cuando un miembro, cuenta a los demás parientes cercanos: padres o hermanos, sus actividades personalísimas, como contar que tiene una grave enfermedad, que apenas hace una semana se la descubrieron.

La privacidad siempre implica una relación entre dos o más personas, es decir, es limitada. Como las relaciones entre los hermanos, padres, sobrinos. Pero también debe aclararse que dichas relaciones se mantienen en dicha esfera, que de por sí es restringida. Por tanto, los demás, tampoco tienen por qué saber qué pasa entre estas personas.

Contrario a estas dos situaciones que configuran derechos esenciales de las personas, encontramos el concepto de público, que desde un principio hace relación a pluralidad de personas, a lugares de libre acceso, a asuntos que interesan a una comunidad. Por tanto, lo público siempre implica visibilidad, disponibilidad, libertad de todos para desplazarse, acceso a todos los sitios, no restricción.

Al relacionar los tres conceptos y luego aplicarlos a las personas, nos queda claro que cada ser goza de su intimidad, disfruta de su privacidad y también puede exponerse ante el público para que los demás lo miren, lo conozcan y hasta establezcan diálogos. Por eso, cuando se hace el tránsito a lo público, siempre ha de quedar claro que es porque la persona lo hace voluntariamente.

Lo antes escrito nos sirve para aplicarlo al revuelo que causó en todo el país, la noticia, difundida ampliamente por todos los medios de comunicación sobre la solicitud de conciliación prejudicial de la señora Íngrid Betancur, motivada en los posibles perjuicios materiales y morales que sufrió durante el secuestro. En otras palabras, los derechos a la intimidad y a la privacidad de la señora Íngrid, frente al fenómeno de lo público, han sido desapareciendo hasta conocerse que es pareja con otro secuestrado.

Mucho material daría para escribir sobre la relación intimidad-privacidad-público y agreguemos el combustible de medios de comunicación. Ellos, se encargaron de multiplicar el acontecimiento, convertido en noticia, que luego rompió los derechos personales de la secuestrada.

Tema para otra reflexión tiene que ver con los medios de comunicación y su comportamiento. Quedamos con esa deuda.

miércoles, 7 de julio de 2010

EL NUEVO CONGRESO Y LAS FUTURAS LEYES

El próximo 20 de julio, se instalan las sesiones ordinarias del nuevo Congreso, elegido para el período 2010-2014. Recordemos que el balance del último período legislativo no fue muy fructífero por las dos campañas electorales. La primera, que terminó el 12 de marzo, fue precisamente, para renovar el Congreso. Y la segunda, que tuvo los dos procesos, correspondientes a las dos vueltas presidenciales. Concluida, pues, esta etapa, esperamos que el trabajo que se avecina ha de ser muy positivo.

Desde nuestra perspectiva del Derecho de la Información, es conveniente comentar que estamos urgidos de varias leyes. La más urgente, es la que debe desarrollar, en forma amplia, el artículo 20 de la Carta Magna, cuyo contenido supera el clásico derecho a la libertad de expresión. Por eso, es necesaria una ley estatutaria que contenga todos los principios y los fundamentos de lo que es el derecho fundamental a la información, como un nuevo campo del Derecho. Y, a partir de sus disposiciones, habrá leyes ordinarias que regulen los aspectos más minuciosos y detallados que queden pendientes, para facilitar un auténtico proceso informativo en nuestro medio.
Entre las leyes ordinarias que requerimos está la que, en forma clara y precisa, reglamente la actividad periodística. Porque la actual, que es la Ley 1016 de 2006, sigue siendo lo que ella misma anuncia: una ley, con meros propósitos declarativos. Pero, además, que al partir de la nueva ley estatutaria, alusiva al derecho a la información, que ella separe de una manera concreta, lo que es un derecho fundamental, de un derecho, meramente legal, porque por fallos pasados de la Corte Constitucional, como la sentencia C-087 de 1998, se cree que todo el mundo, por ser titular del derecho a la información, es al mismo tiempo, periodista. Tal confusión es bastante grave. Aunque es verdad que en una auténtica democracia deliberativa, todas las personas deben participar en el foro público. Todos tenemos el derecho a ejercer la palabra, sea en forma oral, escrita, audiovisual o con el empleo de cualquier medio de comunicación.

Por eso, el tema sobre el ejercicio del periodismo convoca a una debate muy amplio y a una reflexión también bastante profunda. Podemos, desde este blog, promoverlos porque es una manera de enriquecer la controversia, de conocer otros puntos de vista y de expresar nuestra propia concepción que hasta podría cambiar si nos convencen con otros argumentos.

Sin embargo, este corto comentario sólo pretende manifestar que el nuevo Congreso tiene un gran reto. Porque la idea no consiste en que se tramiten muchos proyectos de ley, sino que éstos, estén debidamente formulados, previa una investigación con quienes sean conocedores de cada materia, de tal manera que las futuras normas, sean lo suficientemente previsivas y visionarias para anticiparse al futuro, en lugar de ser instrumentos que entorpezcan los próximos desarrollos en las distintas actividades que tienen lugar, tanto en Colombia, como los que provengan del exterior. Confiamos, pues, en que habrá un conjunto de leyes, que sean las que de verdad, estamos esperando para impulsar el futuro de Colombia.