martes, 15 de junio de 2010

El secuestro: delito de lesa humanidad

Colombia es y seguirá siendo noticia constante por la violación de los derechos humanos. Entre ellos, infortunadamente, el secuestro parece que no llegará a su fin en corto plazo. Este fin de semana, la fuerza pública logró rescatar a cuatro militares que llevaban entre diez y doce años secuestrados, viviendo en condiciones que no tienen calificativo para expresar el horror de permanecer casi que a la intemperie, sin justificaciones de ninguna naturaleza.

Ante tan aberrante situación es deber de todos los colombianos, pero especialmente de las instituciones del Estado y también de los particulares que estamos comprometidos en una lucha sin tregua en pro del respeto de todos los derechos humanos, denunciar a los violadores para que sean procesados, juzgados y condenados con todo el peso de la ley.

En nuestro caso, somos los periodistas y los medios de comunicación, como sujetos cualificados y organizados del proceso informativo, los que tenemos este gran compromiso social y el gran deber profesional de mantener una campaña por el respeto mutuo de todos los derechos humanos.

Esta misión hace parte de la tarea de tener bien informada a la sociedad del acontecer y, sobre todo, en materia de derechos humanos, no es sólo contar los sucesos tan lamentables que no cesan, sino, en conjunto, recordar todos los días que, somos todas las personas, las primeras en conocer, practicar, respetar y hacer respetar los derechos humanos, y convivir con los demás y con los diferentes en un ambiente de paz y de respeto recíproco.

A pesar de nuestra posición pesimista, no podemos renunciar a la esperanza, de que las generaciones jóvenes, y todos los niños y las niñas, de la ciudad y del campo, crezcan en un mundo, idealmente pacífico, como debería ser. Si esta utopía, poco a poco, se convierte en realidad, al empezar por enseñarse en los hogares, en las escuelas y colegios, en la universidad y en el trabajo, el contenido y la práctica cotidiana de los ya insistentes derechos humanos, entonces, estaremos haciendo un aporte que a largo plazo será muy valioso.

Para impulsar esta iniciativa, seremos los periodistas y los medios de comunicación, los pioneros para difundir e incentivar la pedagogía de los derechos humanos, empezando por el derecho a ser adecuadamente informado y orientado, ya no por el clásico cuarto poder, sino, y así lo hemos comprobado, el primer poder de un régimen democrático: periodistas y medios de comunicación.

La obra: Los Periodistas y el Derecho a la Información en Colombia, ratifica el merecido calificativo de primer poder.

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